Como pasaba el tiempo-Kivi

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Noviembre 2052

Cloe acababa de cumplir 20 años y hacía 4 que su vida se había hecho pública. Sin duda, las oportunidades a nivel profesional habían llegado y pese a que seguía estudiando en una escuela de música en Madrid, hacía algún que otro bolo por la península y baleares.

Sin embargo, si en algún sitio se había hecho conocida la chica, era en las redes sociales. Tan solo subía vídeos cantando y alguna que otra foto pero sin duda había cautivado a miles de personas. 

Todo eso provocaba que cuando la joven salía de fiesta con sus amigas, no le faltara tiempo para encontrar a alguien con quien acabar la noche. Cloe se había convertido en toda una rompecorazones o así la llaman sus madres pues la pequeña se negaba a tener una relación o a quedar con alguien más de dos veces seguidas. O al menos eso era lo que se rumoreaba.

- Clara mis madres me van a matar.- gritó en mitad de la discoteca para que su mejor amiga la escuchase.
- Que has hecho?- preguntó cogiéndola del brazo para sacarle fuera de todo ese bullicio.- Ahora si. Que has hecho ahora?- retomó la conversación una vez estuvieron en la terraza de arriba.
- He salido con Alba afuera y creo que nos han hecho fotos.- dijo sin mirarla sabiendo que ella también le iba a reñir.
- Joder Clo para que coño tienes acceso a esta terraza? No tenías suficiente con la que liaste el mes pasado?- le reprochó un poco cansada de las irresponsabilidades de la chica.
- Sabes que no es lo mismo Paula
- Pero eso solo lo sabemos tú y yo. Ni si quiera Alba lo sabe Clo.
- Víctor también lo sabe.- aclaró la chica intentando defenderse
- Víctor sabe toda tu vida eso no cuenta.- le sonrió enternecida por la relación que mantenían ambos hermanos

La hija de las triunfitas, en cuanto cumplió los 18 fue el objetivo claro de las revistas de cotilleos y programas como Sálvame. En un principio, era por ser hija y sobrina de quien era pero a medida que vieron que la joven iba de una chica a otra cada vez que salía de fiesta, el seguimiento que le hacían era más intenso.

Sus madres ya le habían advertido de que tenía que tener mucho cuidado y evitar liarse con gente en sitios públicos pero tal y como lo había escuchado, lo había ignorado. Seguía en la misma actitud y aunque no eran muchas las veces en la que las fotos acababan saliendo a la luz, Cloe era consciente de que cuando salieran esas fotos a días de que la pelirroja sacara disco, no iba a hacer ninguna gracia tanto en su familia como en la discográfica.

Y tal como lo predijo, ocurrió. Siguiendo el consejo de su mejor amiga, se quedó a dormir en casa de esta evitando, al menos, que la despertaran si se enteraban de algo. Pero en cuanto abrió un ojo supo que tarde o temprano tenía que afrontar la situación y mejor hacerles la pelota antes de que se enterasen.

Cloe abrió la puerta de casa y cuando no escuchó ningún ruido decidió ir de puntillas hasta su habitación rezando porque nadie la escuchara.

- CLOE HÓDAR OLIVER.- hablo directa la menorquina en cuando la vio subiendo por las escaleras.

La morena cerró los ojos al escuchar su nombre y se lamento de su existencia y de la de todo el planeta.

- Si mommy?- preguntó con una sonrisa rezando porque no fueran las fotos.
- Ni mommy ni leches.- hablo la granadina, a la que Cloe no había visto, apoyada en la encimera y que de nuevo le hizo cerrar los ojos.- Me explicas que coño es esto Cloe?- pidió alterada poniendo una carpeta encima de la mesa de la cocina.

La madrileña se acercó lentamente y cuando abrió la carpeta suspiró derrotada. Tenía muchas explicaciones que dar.

- Pero como coño os llegan tan rápido.- murmuró  para sí misma pero no lo suficientemente bajo.
- Cloe quien coño es? Dime que al menos sabes su nombre.- indagó la menorquina que tampoco se sorprendería si su hija no la sabía identificar.
- Es una amiga.- hablo la pequeña intentando defenderse.
- Hija una cosa es que no sepas quién es y otra muy distinta que la llames amiga cuando un poco más y le metes mano en medio de la calle.- mientras hablaba la pelirroja iba desplegando todas las fotos por la encimera haciendo que Cloe cada vez abriera más los ojos.