Cambio de Vida

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- Hola mamá.- suspiró Cloe al otro lado del teléfono.
- Hola cariño, todo bien?- preguntó al notar la voz de su hija tan cansada.
- Bueno, habría alguna posibilidad de que os quedarais con las niñas esta tarde? Clara y yo tenemos que hablar de algo importante.
- Sisi claro, sin problema. Quieres que vayamos a por ellas o nos las traes tú?
- Yo te las llevo, no te preocupes. Muchas gracias mamá, luego te veo.- quiso finalizar la llamada sin dar muchas más explicaciones pero la voz de su madre hizo que cerrase los ojos sabiendo que no iba a ser tan fácil.
- Cloe...- era la primera en dar los espacios cuando la gente lo necesitaba pero su primogénita ya llevaba un par de meses con evasivas y no quería seguir dejándolo pasar.
- Es mejor que os lo cuente en persona vale? A las 5 te llevo a las niñas.
- Está bien, te quiero mucho.- le aseguró con el fin de que supiera que tanto ella como su mujer estaban ahí.

Cloe hacía 6 años había tenido a dos mellizas que habían revolucionado por completo la familia. Pese a que en su momento solo tenía 25 años, decidió que, junto a su mujer, querían ser madres jóvenes y aunque no pensaron que todo fuese a funcionar tan rápido, Cloe se quedó embarazada a la primera.

La hija mayor de las Hódar Oliver se dedicaba al igual que sus madres al mundo de la música pero de una manera algo más discreta. Tenía sus pequeñas giras y sacaba sus ep y singles pero lo que más le gustaba era componer y con los años se había convertido en una de las mejores compositoras del panorama español. Había conseguido ganar premios que le habían llevado a cruzar el charco y a conocer a muchos artistas.

En una de esas galas de premios a las que la morena asistió por cortesía, fue donde conoció a Clara, la madre de sus hijas. La castaña era productora musical y al igual que ella se estaba haciendo un hueco en la música. Lo que empezó siendo una huida en plena cena, las llevó a cargar en sus brazos a sus dos hijas y las que habían provocado en ellas su mayor felicidad.

Sin embargo, no todo era un cuento de rosas. La pareja desde hacía un año no estaba en su mejor momento, Clara había decidido que abrir un estudio de producción en su ciudad natal, Valencia, era la mejor idea, lo que provocaba que gran parte de la semana no estuviera por casa y la morena se tuviera que encargar de todo dejando a un lado su trabajo. La situación les había llevado a infinitas discusiones y aunque Cloe quería a su mujer con locura, desde el momento en el que cargo a sus hijas por primera vez, supo que iba a hacer lo que estuviera en sus manos para que ellas fueran felices.

- Quien era?- preguntó la morena desde la cocina.
- Tu hija, que si nos podíamos quedar con las niñas que tiene que hablar con Clara.- le respondió la granadina abrazándola por detrás.
- Crees que por fin le pedirá el divorcio?- cuestionó contenta girándose.
- Kiki hija- río la pelirroja al verle la cara- no sé si se lo pedirá pero aún así sigue siendo la madre de tus nietas así que por mucho que no nos caiga bien es lo que toca.
- Sabes de sobra el cariño que le tengo eh pero desde que nacieron las peques, cada vez ha ido haciendo menos y nuestra hija tiene que cargar con todo.- y lo cierto es que a Chiara no le faltaba razón ninguna, siempre le habían acogido como una más en su familia pero cuando Paula y Luna llegaron poco a poco fue echándose a un lado y dejando sus responsabilidades como madre para centrarse en la música.
- Lo sé, sé que tienes tus razones al igual que yo pero delante de las niñas no vayas a decir nada y espera a ver que nos cuenta tu hija luego.

La mañana pasó demasiado rápida para ambas y cuando se quisieron dar cuenta el timbre de la casa donde se habían criado sus hijos sonó. La pelirroja se encaminó a abrir encontrándose con una cabellera rubia y otra morena lanzándose a sus piernas.

- Abuuuuu, te echamos de menoos.
- Sii, te echamos de menos abuela.
- Pero si nos vimos ayer bichitos- rio agachándose para darles un abrazo y un beso a cada una- corred que la abuela os ha preparado algo.- las incito para poder tener un segundo a solas con su hija.
- Hola mami.- intento sonreír echándose a sus brazos.- siento tener que dejarlas de verdad pero no quiero que nos vean pelear, aunque la verdad no voy con esas intenciones.- la pelirroja notó como empezaba a temblar y entrecerró la puerta viendo lo que se venía y sin querer que sus nietas vieran así a su madre.
- ya está mi vida, estás haciendo lo correcto- la consoló con un nudo en el pecho.
- No lo sé mami, solo no quiero que vivan con la angustia de si su madre va a decidir aparecer por casa o no, no merecen eso, no merecen acostarte todos los días preguntando si al despertar va a estar Clara ahí
- Pues no, pero tienen a una madre que lo da todo por ellas y eso les consuela a diario, ve a hacer lo que tengas que hacer que sus abuelas las van a consentir un poco vale?- le dio un beso en la cabeza en un intento de calmar todo su tormento.
- Todo bien?- interrumpió la morena extrañada de ver que ninguna de las dos pasaba hacia dentro de la casa- que pasa?- se preocupó al ver a su hija llorar.
- It's okey mommy- le sonrió retirándose las lágrimas que le quedaban- solo gracias por cuidarlas.
- No digas tonterías, son lo que más queremos junto a ti y a tu hermano. Quieres que vaya contigo?- preguntó la inglesa algo desconfiada.
- Mum tranquila, Victor me va a llevar y se va a quedar en la puerta por si no se lo toma muy bien pero Clara no me va a hacer nada, no puedo defenderla después de todo pero sé que ella también quiere esto aunque no haya tenido el valor de decirlo.
- Últimamente no tiene el valor de nada.- murmuró la pelinegra por lo bajo.
- Chiara ve con las niñas anda.- la empujó para dentro viendo que se le iba un poco la lengua.- perdónala no lleva muy bien lo que te ha hecho.
- Razón no le falta pero bueno me voy ya, luego venimos Victor y yo a por las niñas o no sé muy bien cómo lo haré.
- Tranquila, si lo necesitas ya sabes que aquí tienen su cuarto.- la tranquilizó

Como pasaba el tiempo-KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora