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Seo Changbin, aquel adulto joven con apariencia adolescente a los 19 años.
Un joven como cualquier otro hasta que lo conoces como Felix lo hacía.
El pelinegro tenía una habilidad que jamás fue tomada en serio a excepción de...
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《Sentimentalmente asumido...》
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En los días siguientes, Changbin se esforzó por reconstruir la relación con Felix. A pesar de sus intentos, la incomodidad persistía. Sin embargo, no se rindió y buscó oportunidades para demostrar que podía ser un amigo confiable (aunque claramente 'amigo' ya no era suficiente, quizás jamas lo había sido).
Por su parte Felix no había podido dejar de pensar en eso. La visita de Changbin de ese día duró poco más después de eso. A Changbin le había surgido un "compromiso importante en JYPE que había olvidado" y salió del local tan rápido como le fuera posible disimular.
Felix se había quedado con un dolor de estómago terrible por el coraje. Ese idiota, por más que le gustara, no podía jugar con él de esa forma, nadie podía.
A excepción de su padre, al parecer.
Porque sí, la cereza del pastel de la vida que Felix no había horneado -porque de así haber sido, las ojeras y manchas de lagrimas en las esquinas de sus ojos ya habían desaparecido.-el jodido hombre planeaba casarse con su tortura diaria: Greta.
A veces anhelaba tanto correr tan lejos como fuera posible y alejarse de todo y de todos. Buscar a su mamá, y de no encontrarla, solo quedarse lejos, en un lugar en el que nadie jamás pensara encontrarlo.
Encontraba noches en las que salía a beber y ahogarse en alcohol, aún cuando sabía que el fondo de una botella no aliviaría sus males.
Mujeres u hombres le coqueteaban todas esas noches, nadie era suficiente.
No eran Changbin.
Y era ahí donde se originaba el coraje de Felix, él se reservaba hasta la última migaja de sí mismo para él. Lo había hecho todos estos años, ¿y así respondía él?
Se sentía como en el fondo del océano, realmente hundido, muy, muy hondo.
Felix lidiaba con la noticia del compromiso de su padre y Greta mientras intentaba superar la incomodidad con Changbin. No podía evitar preguntarse si el rapero estaba jugando con sus sentimientos o si realmente quería reconstruir la amistad, quizás ninguna y solo estaba jugando con él, quizás de alguna forma se había enterado de que a Felix también le llegó a gustar él. ¿Cómo? Felix jamás se lo había contado a nadie.
Él no lo sabía, pero confiaba en que Seo no decía la verdad. (O al menos de eso intentaba convencer a sí mismo).
(...)
En una noche particularmente oscura, Felix se encontró de nuevo en el bar al que solía ir. Entre la penumbra y el humo del lugar, sus pensamientos se enredaban con la melodía de la música de fondo.
