Intocable ( Larry stylinson)

Capitulo 46

Sus manos temblaban. Sus piernas también lo hacían.

¿Estaba nervioso?

Mentiría si dijera que solo lo estaba un poco. Estaba muy nervioso. Eran esos nervios que se quedaran atascados en la garganta. De esos que pudieron marcharse unos segundos y regresar pasado ese tiempo con mucha más intensidad que la última vez. Pero aun así no se echó atrás.

Tanto Liam como Elizabeth le habían dicho que lo que quería hacer era una locura. Pero últimamente se sintió atraído por todo aquello que era una locura. Se sintió convencida por las cosas prohibidas y las que le traerían problemas. Solo quería tener ese día especial con la persona indicada, aquella que debería haber sido en un primer momento.

Termino de peinarse su cabello castaño y salió de su habitación. A penas se había cruzado con Harry desde el día anterior cuando los descubrió a él y a Eli poniéndose vestidos y maquillándose. Quería acercarse a él para decirle que lo que había visto había sido de las cosas más bonitas que había apreciado nunca, pero cuando vio que Harry le observaba con pánico al acercarse y al comprobar su tonalidad colorada de vergüenza decidió esperar un poco.

Pero ese día debería hablar con él. Así que bajó las escaleras y lo encontró solo en la cocina metiéndose a la boca una de las galletas que Elizabeth y él habían horneado juntos esa mañana. Al verlo, Harry se la tragó de un bocado y le miró pálido.

-Hola - dijo en voz aguda. Louis ahogó una risa.

-Hola - se acercó unos pasos y al ver que Harry no se alejaba pero mantenia su mirada gacha le tomó con delicadeza del mentón y le obligó a mirarle -. Has estado ignorándome todo el día.

-Que va - rió nervioso -, solo... estaba ocupado.

-Si es por lo del vestido no tienes de qué avergonzarte - dijo sin más. La mirada del más pequeño se puso con sorpresa sobre la suya y las mejillas se le volvieron a poner rojas como dos tomates maduros. Louis sonreía de ese modo que mostraba los dientes y que podía hacerle desmayar a cualquiera. Harry sintió sus piernas flaquear -, te quedó muy bien. De hecho, dudo que haya alguna prenda de ropa que te quede mal.

-No exageres -dijo más aliviado-. ¿Entonces sí te gustó?

-Sí - asintió sin una pizca de duda-. A penas llegué a verte bien porque empezaste a correr y a chillar como un desquiciado, pero lo poco que vi me gustó - ambos rieron.

-Pues tendré que volver a ponérmelo -ambos se acercaron más hasta que sus cuerpos llegaron a rozarse entre ellos. Louis había elevado la mano del mentón a los mechones de su pelo con los que comenzaron a jugar entre sus dedos.

-Puede que prefiera que no te pongas nada.

Harry elevó las cejas y sonrió sorprendido.

-¿Oh si? - aproximaron sus rostros. Sus narices se rozaban entre ellas y sus respiraciones se entremezclaban -, supongo que no tengo de que quejarme.

Se unieron en un beso lento y jugoso. Louis le tomó del rostro con las dos manos mientras jugaba con la lengua del menor, saboreando y profundizando, mientras que Harry mantenia las suyas apretando su cintura, aplastando entre sus dedos su camisa.

Estaba necesitados de contacto y de eso fueron totalmente conscientes cuando la tonalidad del beso y las caricias fueron adquiriendo un ritmo mucho más elevado. Harry coló las manos bajo su camisa y empezó a acariciar la piel ardiente que quemaba sobre las palmas de sus manos. Louis bajó una de sus manos hasta su cintura y apretó, guiándola lentamente hasta su trasero para darle una fuerte caricia después.

Harry dejó escapar un suspiro dentro del beso y Louis aprovechó para morderle ligeramente el labio inferior sin llegar a hacerle daño.

Casi no se dio cuenta del rumbo que todo eso estaba tomando hasta que la espalda baja de Harry choco contra la mesa de madera que se situaba en el centro de la cocina produciendo un ruido que improbablemente pudiera pasar desapercibido.