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UNA CENA ROMANTICA BAJO LA LUZ DE LA LUNA

(ELOWEN)

Cada día en Mythrandia me sentía más segura y protegida. Lysander se aseguraba de que estuviera cómoda y feliz, y su abuelo, el rey, nos brindaba su apoyo incondicional. Juntos, explorábamos los hermosos paisajes del reino, compartíamos momentos de complicidad y fortalecíamos nuestro vínculo día a día.

A medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de lo afortunada que era de haber encontrado a Lysander. Él era más que un príncipe encantador; era mi compañero, mi apoyo y mi amor verdadero. Juntos, construíamos sueños y planeábamos un futuro lleno de amor y esperanza.

Pero no todo era felicidad. Aunque estábamos a salvo en Mythrandia, no podíamos ignorar los peligros que acechaban en Arcanum. Sabíamos que tarde o temprano tendríamos que enfrentar los desafíos que nos esperaban en mi reino natal.

Sin embargo, por el momento, decidimos disfrutar de nuestro tiempo juntos y aprovechar cada momento de felicidad que compartíamos. Sabíamos que mientras estuviéramos juntos, podríamos superar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino.

Así que nos aferramos el uno al otro con más fuerza que nunca, decididos a enfrentar el futuro juntos, sin importar qué desafíos nos deparara el destino.

Mientras me sumergía en las páginas de mi libro, observaba de reojo a Lysander mientras cumplía con sus deberes reales. Me maravillaba ver cómo manejaba las responsabilidades de su posición con gracia y determinación. Desde mi rincón en la biblioteca, podía ver cómo interactuaba con los miembros de su consejo, escuchando atentamente sus preocupaciones y tomando decisiones con sabiduría.

A medida que lo observaba, me sentía cada vez más orgullosa de él. No solo era un príncipe apuesto y valiente, sino también un líder compasivo y justo. Su dedicación al pueblo de Mythrandia era evidente en cada acción que tomaba, y su capacidad para tomar decisiones difíciles con calma y claridad me impresionaba profundamente.

Aunque su papel como príncipe a veces lo mantenía ocupado, siempre encontraba tiempo para estar a mi lado y asegurarse de que me sintiera amada y protegida. Su presencia me daba fuerzas y me recordaba que juntos podíamos superar cualquier desafío que se nos presentara.

Mientras lo observaba desde la distancia, una sensación de gratitud y amor llenaba mi corazón. Estaba agradecida de tenerlo a mi lado y de poder compartir este viaje con él, enfrentando juntos los altibajos de la vida real y encontrando la verdadera felicidad en cada momento que compartíamos.

- listo- dijo Lysander acercándose a mi- oficialmente soy todo tuyo- aparte mi libro y me acerque donde estaba sentado acomodando unos papeles

Sonreí al escuchar sus palabras, sintiendo un cálido cosquilleo en mi interior al verlo acercarse. Observé cómo acomodaba los papeles con elegancia, admirando su dedicación incluso en los detalles más pequeños. Cuando estuvo frente a mí, nuestras miradas se encontraron y un brillo de complicidad brilló en sus ojos.

- Eres todo mío desde el primer momento en que te vi -respondí con una sonrisa, sintiendo cómo el amor y la gratitud llenaban mi corazón. Extendí mi mano hacia él, invitándolo a sentarse a mi lado.

- No hay otro lugar en el que preferiría estar -dijo Lysander, aceptando mi mano y tomando asiento junto a mí. Sus palabras resonaron en mi corazón, recordándome lo afortunada que era de tenerlo a mi lado.

Nos sumergimos en una conversación animada, compartiendo pensamientos, sueños y planes para el futuro. A medida que hablábamos, me sentía cada vez más cerca de él, como si nuestros corazones estuvieran conectados de una manera especial y única.

Llamas de devoción la historia de amor de dos Dragones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora