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EXPLORANDO EL PASADO, CREANDO UN FUTURO JUNTOS

(LYSANDER)

Al enterarme de que Elowen estaba muriendo debido a nuestro distanciamiento, un profundo sentimiento de pánico se apoderó de mí. Las palabras de Steve resonaban en mi mente, y el peso de la culpabilidad me abrumaba. ¿Cómo pude permitir que esto sucediera? Mi corazón se llenó de angustia al imaginar el sufrimiento que estaba experimentando Elowen debido a nuestra separación.

Me mantuve en vigilia junto a la cama de Elowen, observando cada respiración tranquila que emanaba de su ser. Su rostro, usualmente sereno, ahora reflejaba el agotamiento causado por el sufrimiento. Me sentía impotente ante la situación, deseando poder aliviar su dolor con un simple toque. Mis pensamientos vagaban entre la preocupación por su bienestar y la culpa por haber permitido que llegara a este punto.

Recordaba cada momento que pasamos juntos, cada risa compartida, cada mirada llena de complicidad. Elowen había llenado mi vida de luz y felicidad, y ahora me enfrentaba al horror de perderla. Me prometí a mí mismo que haría todo lo posible para salvarla, para demostrarle cuánto significaba para mí y para asegurarme de que nunca más tendría que enfrentarse sola a tal sufrimiento.

Mientras tanto, el tiempo parecía detenerse en la habitación, como si estuviera suspendido en un limbo entre la esperanza y el temor. Pero a pesar de la oscuridad que nos rodeaba, había una chispa de esperanza en mi corazón, alimentada por el amor que sentía por Elowen y la determinación de hacer lo que fuera necesario para mantenerla a salvo.

A pesar del agotamiento que me invadía, sabía que debía enfrentar mis responsabilidades como príncipe de Mythrandia. Me levanté de la cama para cumplir con mis deberes, aunque mi mente seguía preocupada por Elowen. Antes de partir, me aseguré de dejarla en manos de los sanadores del palacio, quienes prometieron cuidarla con esmero mientras yo estaba ausente.

Al adentrarme en los pasillos del palacio, me sentía como si estuviera arrastrando un peso invisible sobre mis hombros. Cada paso era una lucha contra la ansiedad que amenazaba con abrumarme. Sin embargo, recordé las palabras de Elowen, su fortaleza y valentía ante la adversidad, y eso me dio la fuerza necesaria para seguir adelante.

Durante las reuniones y audiencias, mi mente seguía divagando hacia Elowen, preguntándome si estaba bien, si pronto y si alguna vez superaremos este desafío juntos. Pero a pesar de mis preocupaciones, mantuve mi compostura frente a los demás, sabiendo que mi deber como príncipe era prioridad.

Al medio día, regresé a la habitación de Elowen con el corazón lleno de esperanza y temor. Deseaba encontrarla despierta, con una sonrisa en su rostro, pero también temía lo peor. Sin embargo, estaba decidido a estar a su lado, pase lo que pase, para apoyarla en su recuperación y protegerla de cualquier peligro que pudiera acecharla.

Al entrar a mi habitación, mi corazón se aceleró al ver la cama vacía. Un torrente de pánico recorrió mi cuerpo mientras buscaba desesperadamente a Elowen. Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, un ligero ruido proveniente de mi armario atrajo mi atención.

Con pasos cautelosos, me acerqué al armario y abrí la puerta con cuidado. Para mi alivio, encontré a Elowen allí dentro, acurrucada en un rincón. Su rostro, aunque pálido, mostraba un gesto de alivio al verme.

Sin decir una palabra, me arrodillé a su lado y la abracé con fuerza, sintiendo el latido acelerado de su corazón contra el mío. Durante un momento, nos quedamos así, compartiendo el silencio reconfortante de nuestra unión.

Finalmente, rompí el silencio para asegurarle que estaba a salvo y que no volvería a dejarla sola. Juntos, salimos del armario y nos sentamos en la cama.

Llamas de devoción la historia de amor de dos Dragones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora