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DESTROZADA

(ELOWEN)

Al despertar, experimenté una punzada en todo mi cuerpo, como si cada centímetro estuviera impregnado de dolor. Los golpes de los guardias aún se hacían sentir, dejándome sin fuerzas y con la sensación de estar atrapada en un cuerpo maltratado. Parpadeé con confusión al mirar a mi alrededor y darme cuenta de que me encontraba en la habitación de Lysander.

Con cautela, me enderecé, sintiendo el dolor recorrer cada músculo mientras lo observaba dormir plácidamente. Su rostro tranquilo y sereno contrastaba con mi propio tormento interno, y me pregunté cómo podía estar tan apacible mientras yo sufría en silencio.

Mis dedos temblorosos acariciaron suavemente su rostro, trazando los contornos de su mandíbula y la suavidad de sus mejillas. A pesar del dolor que me consumía, sentirlo cerca me brindaba un atisbo de consuelo y seguridad.

Observé su rostro tranquilo y me permití perderme en ese momento de calma, sintiendo la conexión entre nosotros crecer aún más fuerte. En ese instante, en medio de la oscuridad y el dolor, encontré un rayo de esperanza y consuelo en la presencia reconfortante de Lysander a mi lado.

Él me rodeó con sus brazos, atrayéndome con suavidad hacia su pecho, y me acurrucó con ternura. Sentí su calor irradiando a través de la fina tela de la camisa que me cubría, contrastando con la sensación de mis manos frías. Me dejé envolver por su abrazo reconfortante, sintiendo cómo su presencia calmaba mi angustia y me hacía sentir protegida en medio de la oscuridad.

Permanecí observándolo en silencio durante lo que parecieron horas, perdida en la serenidad de su rostro mientras dormía. Cuando finalmente abrió los ojos y se encontró con los míos, sentí una oleada de emoción recorrerme. Sus ojos, profundos y llenos de vida, me cautivaron una vez más con su belleza inigualable. En ese instante, me sentí aún más enamorada de él, sabiendo que esos ojos eran los mismos que me habían ofrecido consuelo y apoyo en momentos de dificultad.

- Hola- me saludo yo reí por lo bajo y volví a centrar mi mirada en el

- Hola- le dije con mi voz débil

- ¿Como te sientes? - me preguntó

- Me duele todo el cuerpo- Respondí con un suspiro, dejando que mi dolor se manifestara en un gesto de incomodidad. Lysander acarició mi mejilla con delicadeza, transmitiéndome una sensación reconfortante a pesar del malestar físico que experimentaba. Sus cálidos dedos trazaron suavemente los contornos de mi rostro, como si quisiera aliviar mi dolor con su contacto. Aprecié su preocupación y su cuidado, sabiendo que estaba ahí para mí en este momento difícil.

-Mandaré a prepararte algo para el dolor o ¿que necesitas? - me preguntó no pude evitar sentir ternura Sus palabras resonaron con gentileza y preocupación, haciendo que mi corazón se llenara de gratitud por tenerlo a mi lado en ese momento. Asentí con una leve sonrisa, agradecida por su cuidado y atención.

- Algo para el dolor estaría bien, gracias - respondí con sinceridad, dejando que su ternura me reconfortara en medio de mi malestar.

-Está bien- me dijo, llamando a una de las sirvientas y dándole indicaciones sobre lo que necesitaba. Mientras esperábamos, su presencia tranquila y reconfortante me llenaba de calma, ayudándome a sobrellevar el dolor físico y emocional.

-Me pegaste un susto horrible- me dijo me imaginé su miedo y Me sentí culpable por haberla asustado tanto, especialmente en su estado vulnerable. Suspiré con pesar, lamentando haber causado ese impacto en ella.

- Lo siento mucho, no fue mi intención asustarte - le aseguré, con la sinceridad reflejada en mi voz.

Después de tomar la medicina para el dolor, me sentí un poco mejor, lo suficiente como para poder comer algo. Devoré la comida con avidez, sintiendo cómo mi estómago agradecía el alivio del hambre.

- ¿Necesitas algo más? -me preguntó Lysander con preocupación. Me quedé pensando por un momento y asentí tímidamente.

-Me gustaría darme un baño-dije con timidez, sintiendo el rubor subir a mis mejillas. Vi cómo Lysander me sonreía con ternura y se acercaba a mí.

-No te avergüences nieve está bien- me aseguró mientras me abrazaba con suavidad.

Lysander me ayudó a incorporarme de la cama con cuidado, sintiendo el dolor regresar con cada movimiento. Con su apoyo, caminamos juntos hasta el baño, donde me dejó a solas para que pudiera darme un baño cómodo. Agradecí su gesto con una sonrisa, sintiéndome reconfortada por su preocupación.

Observé mi reflejo en el espejo y me costó contener las lágrimas. Mi rostro estaba hinchado y amoratado, y las vendas en mi torso revelaban la fractura de una costilla. Me sentí desolada al ver cómo mi cuerpo reflejaba el dolor y la violencia que había sufrido.

Las lágrimas brotaron sin control, sintiendo una mezcla de dolor físico y emocional. Me sentía vulnerable y desamparada, odiando la imagen que veía frente a mí en el espejo.

Oí un golpe en la puerta y me sobre salte entonces su voz llena el silencio

- ¿estás bien? - me preguntó Lysander preocupado

Asentí con la cabeza, incapaz de articular palabras debido al nudo en mi garganta. Sentí sus pasos acercándose y luego la puerta se abrió lentamente. Lysander entró con cautela y se detuvo frente a mí, su expresión llena de preocupación mientras me observaba con ternura.

Se acercó lentamente y me rodeó con sus brazos, envolviéndome en un abrazo reconfortante. Sentí su calor irradiando tranquilidad y me permití aferrarme a él, dejando que las lágrimas fluyeran libremente. No necesitaba decir nada; su presencia era suficiente para calmar mi angustia y hacerme sentir protegida.

Llamas de devoción la historia de amor de dos Dragones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora