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EL COMPROMISO ETERNO

(LYSANDER)

Siete meses después

Nuestros reinos al fin estaban en paz, luego de todos los conflictos al fin podíamos respirar en paz.

Con nuestros corazones unidos, nos convertimos en un símbolo de esperanza y reconciliación para nuestros reinos. Juntos, trabajamos incansablemente para fortalecer la paz y la prosperidad entre Mythrandia y Arcanum.

Nuestro amor y compromiso inspiraron a otros a dejar atrás el resentimiento y la enemistad del pasado, abriendo el camino hacia un futuro lleno de colaboración y armonía. Cada paso que dábamos juntos, ya fuera en la diplomacia o en la reconstrucción de nuestras tierras, fortalecía los lazos entre nuestros pueblos y nos acercaba más a un mañana mejor.

Con el tiempo, los recuerdos de nuestras tragedias se desvanecieron, reemplazados por la promesa de un futuro brillante y lleno de esperanza. Juntos, Elowen y yo nos convertimos en líderes respetados y amados por nuestro pueblo, guiándolos hacia una era de paz duradera.

Y mientras contemplábamos el horizonte, unidos en cuerpo y espíritu, sabíamos que nuestro amor había sido la fuerza que lo había hecho todo posible. Unidos para siempre, nos enfrentamos al futuro con valentía y determinación, listos para cualquier desafío que la vida nos presentara.

Desde mi posición como rey de Mythrandia, pude presenciar cómo Elowen ascendió al trono de Arcanum con una determinación y sabiduría incomparables. Su liderazgo inspirador transformó su reino en un faro de esperanza y progreso. Juntos, forjamos una alianza duradera entre nuestros reinos, uniendo a nuestros pueblos bajo un mismo estandarte de paz y cooperación.

Bajo nuestro reinado conjunto, trabajamos incansablemente para promover la justicia y la igualdad, asegurándonos de que cada individuo en nuestros reinos tuviera la oportunidad de prosperar y alcanzar su máximo potencial. Nuestra unión no solo fortaleció nuestros lazos políticos y económicos, sino que también reforzó nuestro vínculo personal, creando una conexión que trascendía las fronteras de nuestros reinos.

A medida que pasaban los meses, nuestro amor y compromiso mutuo solo se fortalecían. Juntos enfrentamos desafíos y celebramos triunfos, siempre apoyándonos el uno al otro en cada paso del camino. Nuestro reinado fue recordado como una era de paz y prosperidad, en la que la colaboración y el entendimiento mutuo fueron los pilares de nuestro éxito.

A través de nuestros esfuerzos conjuntos, dejamos un legado de unidad y cooperación que perduraría mucho más allá de nuestras propias vidas. Nuestra historia de amor y liderazgo conjunto se convirtió en un ejemplo para futuras generaciones, inspirando a otros a buscar la armonía y el entendimiento en un mundo lleno de desafíos y adversidades.

Y así, mientras miraba hacia el futuro, sabía que con Elowen a mi lado, éramos capaces de enfrentar cualquier desafío que el destino nos trajera. Nuestro amor era un faro de esperanza en un mundo cada vez más cambiante, recordándonos siempre que juntos éramos más fuertes y que, juntos, podíamos alcanzar cualquier meta que nos propusiéramos.

- buenas noches su majestad- me saludo Elowen entrando a nuestra habitación.

- Buenas noches, mi amor -respondí con una sonrisa, dejando a un lado los asuntos del reino para concentrarme en el momento presente. A pesar de nuestras ocupaciones, siempre encontrábamos tiempo para disfrutar de nuestra compañía mutua, y esos momentos eran especialmente preciados para mí. Ella se sentó encima de mí y comenzó a acariciarme el cabello. Cerré los ojos y me dejé llevar por sus caricias, sintiendo cómo todo el estrés y las preocupaciones del día se desvanecían bajo sus manos. El suave roce de sus dedos sobre mi cabello me llenaba de una sensación de paz y tranquilidad, recordándome que, incluso en medio de nuestras responsabilidades como monarcas, siempre encontraríamos refugio y consuelo en el amor que compartíamos. Susurramos palabras de afecto y promesas mutuas mientras el tiempo parecía detenerse a nuestro alrededor, sumergiéndonos en nuestra propia burbuja de felicidad y complicidad.

-Elowen me puedes acompañar al balcón le dije y ella asintió confundida, estaba nervioso.

Nos dirigimos juntos al balcón, donde la suave brisa nocturna acariciaba nuestros rostros. Tomé sus manos entre las mías, sintiendo la calidez reconfortante de su piel.

-Elowen, desde el momento en que te conocí, supe que eras la única para mí. Has sido mi apoyo incondicional, mi luz en la oscuridad, y cada día a tu lado es un regalo que atesoro con todo mi ser. Por eso, en este momento, en este lugar donde el cielo y la tierra se unen bajo el brillo de las estrellas, quiero hacerte una pregunta que lleva latiendo en mi corazón desde hace tiempo.

Me arrodillé ante ella, sosteniendo su mano con ternura mientras mis ojos reflejaban todo el amor que sentía por ella.

-Elowen, ¿te casarías conmigo? ¿Aceptarías ser mi compañera de por vida, compartiendo nuestras alegrías, nuestras tristezas y nuestros sueños juntos, en el vínculo más sagrado que pueda existir entre dos almas?

Esperé con el corazón en la mano, anhelando escuchar su respuesta y sabiendo que, pase lo que pase, nuestro amor nos guiará en cada paso del camino.

Elowen quedó sin palabras por un momento, con los ojos brillando con emoción mientras miraba hacia abajo hacia mí arrodillado frente a ella. Sentí el latido de mi corazón acelerarse, esperando ansiosamente su respuesta.

Finalmente, levantó la mirada hacia mí, sus ojos llenos de amor y determinación.

-Lysander, desde el primer día supe que eras mi destino, mi otra mitad. Has sido mi apoyo incondicional, mi roca en los momentos más oscuros, y no puedo imaginar un futuro sin ti a mi lado.

Sus palabras llenaron mi corazón de alegría y alivio. La tomé entre mis brazos, sintiendo el cálido abrazo de su amor rodeándome.

-Sí, Lysander, sí acepto ser tu esposa, tu compañera de por vida. Juntos enfrentaremos todo lo que la vida nos depare, con amor, con fuerza y con la certeza de que nuestro amor nos llevará a través de cualquier desafío.

Y en ese momento, mientras nos abrazábamos bajo el manto estrellado del cielo, supe que estábamos listos para embarcarnos en la mayor aventura de todas: el viaje del amor eterno, unidos en cuerpo, mente y alma.

No me equivoqué cuando, por caprichos del destino, una chica del reino enemigo se convirtió en mi futura esposa y compañera de vida.

Llamas de devoción la historia de amor de dos Dragones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora