─ Capítulo 11; Rea.

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— Capítulo XI;

Nos reemontamos en las Arenas de Clash Royale, pero fuera de juego.

Cuando las tropas aún no tenían que luchar la arena quedaba solitaria con guardias que la protegían para que estuviera en buen estado para la próxima batalla.

El principito estaba a pies del río, lo miraba y se vez en cuando metía la mano, sin su guante, para sacar las piedras del fondo y lanzarlas otra vez al río.

Si, estaba muy aburrido, pero estaba hay por su guardiana.

Que hablando de ella.

Estaba en la Arena para entrenar, naturalmente una entrena en la arena de entrenamiento, pero esta quería entrenar con armas más completas que solo estaban en las Arenas, y se utilizaba en estas también.

Por ejemplo quería empezar a aprender atacar un Chispitas o un cañon con ruedas.

Así que volvía a la batalla, el principito veía a su guardiana pelear, recibir golpes y volver a pelear.

Veia que aveces le costaba levantarse por el peso de su espada.

Así que se levantó del suelo para ir por armas más ligeras para ella.

Vio unas Lanzas, arcos, ballestas, espadas más delgadas, etc, tomó todo lo que le pudo y fue afuera.

Ya afuera soltó las armas y llamó a su guardiana.

— Oye Armida, si se te hace tan pesaba usar esa espada, puedes usar otra arma más ligera. —

La mujer alzó la ceja y tomó una lanza, que era lo más cercano, y la lanzo hacia el Chispitas.

Fue un tiro limpio, la lanza impacto en la máquina y esta se apagó, quizás de tanto porrazos que había recibido.

— Wow, ¡Eres muy buena con la lanza! ¿Dondé aprendistes a utilizarla? —

Le preguntó el principito algo ilusionado.

Ilusión que la mujer adulta no compartía.

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Hace 6 años atrás.

Tenía 17 años, durante su infancia entrenó e intentó llevar sus estudios e inteligencia, tanto las de las batallas como las escolares, todo lo máximo que podría, le fue más o menos bien, y con el tiempo aspiro para ser aceptada en la pequeña escuela de los Heroes para ser entrenada oficialmente.

Si seguía así seguro conseguía un buen puesto en las filas de guerra.

Los vagones que eran dirigidos por una bruja y sus esqueletos pararon en el Ayuntamiento de la aldea, a sus lados estaban La Reina Arquera, El Rey Bárbaro, La Luchadora Real y El Gran Centinela.

Estaba totalmente sola, bueno, detrás de ella en el resto de vagones había oro, armas y algunos materiales primas, pero no había más personas aparte de ella y la bruja, aun que los esqueletos no se si contarlos como personas.

— ¡Bienvenida Armida a tu nuevo entrenamiento! Aquí te alistaras para saber tu potencial, — Exclamó el Rey Bárbaro ayudándola a bajar y apoyando sus manos en sus hombros. — aquí sabrás si eres una chica de flechas, alguien de magia, alguien de primera linea o segunda. —

୨👑୧ Des-Aventuras con la Realeza ❀ ;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora