୨👑୧ Des-Aventuras con la Realeza ❀ ;

─ Epílogo del 1° Arco.

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─ Epílogo;

Tenía que admitir, cuidar varios niños al mismo tiempo era agotador, pero verlos sonreír siempre hacía que valiera la pena.

Ya habían pasado 5 años, 5 años sin estar en un castillo, 5 años sin estar en contacto en persona con alguien de la nobleza, 5 años sin agarrar una espada y 5 años sin ver a Reagan. Fue algo difícil al principio, pero a veces amar es también dejar ir.

Y eso lo había aprendido muy bien con sus pequeños, a pesar de ser huérfanos, logro encontrarle a cada uno un hogar con el tiempo, puede que sea con tropas de razas muy distintas, como humanos con esqueletos o pequeñas arqueras con brujas, pero lo que importaba es que los padres siempre quieren a sus hijos, sin importar la raza que sean.

Hoy finalmente había finalizado el último trámite para adoptar a su último pequeño, con 5 años ya había gente que la conocía por acoger huérfanos y ahora por su zona no había muchos, ya la próxima semana iría a varias aldeas a buscar huérfanos y acogerlos, por ahora descansaría y organiza todo para la próxima semana.

Volvía a su casa después de haber ido de comprar algo de alimento, pero encontró una carta pegada en su puerta.

"10 de la noche, taberna del montapuercos"

Vaya, si alguien quería pedirle una cita lo había hecho de la forma más aburrida y amargada posible, pero igualmente fue, no reconoció la caligrafía de la nota.

Llegó a las 10 de la noche, como siempre había muchísimas tropas bebiendo elixir, algo que como ya sabréis, no era muy del gusto de la mujer, no sabía dónde podría estar la persona que la habría citado aquí, así que se sento en la barra y pidió un vaso de agua, ni muerta tomaba elixir con un desconocido.

- Han pasado 5 años, ¿aun no te relajas conmigo? -

Escucho una voz madura, no dejaba de tener su tono agudo, pero ya no era el tono agudo y femenino que solía tener, ahora era una voz algo grave donde se notaba la madurez.

Se giró de un golpe, no podia creerselo si no lloraba, era Reagan, bueno, un Reagan mucho más adulto, ya no le llegaba a la cadera, ahora como mínimo al pecho, aun conservaba su cabello largo, estaba en cubierta con capucha y capa, pero aún se podía ver su pícara sonrisa y sus ojos color esmeralda.

Obviamente ambos se abrazaron rápidamente, no querían llamar mucho la atención porque, ejem, ejem, Príncipe desaparecido, ejem, así que salieron de la taberna para hablar.

- No me lo puedo creer, mirate que mayor estás. -

- Jeje... Lo se, lo se, mírate tú, has conseguido que más de 90 niños huérfanos encontraran un hogar. -

Ambos se miraron mientras que sonreían, incluso después de 5 años no necesitaban hablar para entenderse o estar cómodos, simplemente la presencia del otro ya les tranquilizaba.

- ¿Has visto lo de tu hermana? -

- ¿Qué ahora es reina en mi ausencia? -

- Si... Los reyes decidieron que las legítimas herederas al trono serían los hermanos mayores, y pues mira a Suri y Ellie, gobernando, bueno, con ayuda de sus padres, pero gobernando. -

El ex principito se rió suavemente.

- ¿Qué estás intentando decirme, Armida? -

- Pues... Digamos que... Vuelvas con tu familia... -

El ojiverde paró en seco y suspiro.

- Armida, han pasado 5 años yo creo q-

- Reagan, pueden pasar 40 años, pero son tu familia, y te quieren, sea cual sea la razón que les des por haber huido del castillo, estoy segura que lo entenderán. -

El menor de los dos se lo pensó, realmente no tenía pensado ir a visitar a su familia.

- Vale, pero con una condición. -

- ¿Cuál? -

- Que vengas conmigo... -

Miro por fin al rostro de su ex guardiana, que tenía un poco los ojos rojos por llorar antes, pero se volvió a emocionar y empezó a llorar, pero claramente aceptó, ¿cómo iba a negárselo a su mejor amigo?

Esa misma noche, el príncipe apareció en un caballo a las puertas del castillo, llamando la atención de reclutas y guardias que no le dejaron pasar, no fue hasta que se bajó la capucha revelando su verdadera identidad. Los reclutas automáticamente fueron a buscar a la familia real y a los guardias se les separó la mandíbula del cráneo.

No tardó en llegar la familia real, como último el rey, todos aun estaban vestidos con sus ropas de corte. Su padre lo miró fijamente, golpeándose entre sí los dos ojos esmeraldas, unos los de un padre desolado y otro los de un hijo que había vuelto a casa.

- Hijo... Reagan... -

- Hola... Papá... -

Quizás esto solo era otra aventura y nada más.

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Nada chicos, otra historia finalizada. Muchisimas gracias por leer esta historia y apoyarla, espero que pueda seguir trayendo más contenido, y claro que hare, estar atentos a nuevas publicaciones, y como siempre esto no es adiós es un proximamente vernos.

Con esto, Lin se despide.

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