୨👑୧ Des-Aventuras con la Realeza ❀ ;

─ Capítulo 4; Cumpleaños.

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— Capítulo IV:

Posiblemente hoy hubiera sido un dia normal, los murciélagos vuelan, los bárbaros beben Elixir, los magos y brujas hacen sus pociones, los reclutas y los guardias entrenan, las valquirias y leñadores entrenan en el bosque... La normalidad del día.

Claro, posiblemente.

Era 6 de noviembre.

Quizás muchos no saben que dia es ese, pero la realeza lo conoce muy bien.

Nuestro protagonista se levantó de su cama, se dio una ducha para refrescarse, se cambió a su típica armadura, y encuanto abrió la puerta de su habitación varios cañones de confeti dispararon sobre el.

— ¡Feliz cumpleaños, mi realeza! —

Bueno, sería su primer cumpleaños en el Reino azul...

¿Qué tan mal podría ir?

Después de ser bañado en confeti de colores sobre su cabeza, fue llevado hasta el Salón real, donde el resto de guardias y reclutas estaban en fila aplaudiendo y gritando cosas como "Feliz cumpleaños",  "¡Que mayor es!", "Enhorabuena" o cosas así, vio a su prima y su tío delante suya, al menos estaban de pie.

Su tío se acercó y abrió los brazos.

— ¡Enhorabuena Reagan! Ya tienes trece años, ¿qué te gustaría hacer en tu primer día con trece años? —

Antes de que el cumpleañero pudiera decir lo que quisiera, fue interrumpido por su propio tío.

— ¡Exacto! Habrá un banquete real donde todas las tropas te darán sus ofrendas por tu cumpleaños, has estado haciendo un muy buen trabajo en arena, ¡y mereces algo a lo grande! —

Bueno, con su padre estaba acostumbrado hacer una fiesta con las mejores tropas y amigos de la familia, y después hacian una cena familiar donde el principito recibía los mejores deseos para ese año.

Pero bueno, tendría que acostumbrarse a nuevas costumbres.

Le comunicaron que empezaría la fiesta después de almorzar y que vendrían muchas tropas, que se arreglase y se preparase.

No era algo que el quisiera, pero bueno.

No tardó mucho en caer la tarde, el principito se encontraba en su cuarto, e intentaba poner su cabello como naturalmente lo tenía, pero al parecer las sirvientas hicieron muy buen trabajo alisandolo y peinandolo.

El traje que habían seleccionado para el ya no era su típica armadura, tenía una capa azul que rodeaba casi todo su cuerpo, su ropas habían sido cambiada a trajes de suave tela de lana azul marino que estaba bordada en oro fino, en sus hombreras y cuello había lana blanca, su pantalón estaba echo de cuero por fuera y por dentro estaba forrada de más lana blanca, su cinturón era de piel animal con el logotipo de la corona y sus botas echas de cuero resistente café.

Esta vez su corona Roja ya no se posaba en su cabeza, ahora tenía una corona más pequeña, con joyas azules, posiblemente eran zafiros, era de plata y algo puntiaguda.

Suspiro pesadamente, no había podido quitarse ese molesto peinado, pero algo era algo.

Salió de su habitación y lo primero que vio fue a su guardiana, no tenía su clásica armadura, ahora era diferente.