୨👑୧ Des-Aventuras con la Realeza ❀ ;

─ Capítulo 16; Sacrificarse.

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─ Capítulo XVI;

Sus rodillas dolían, se había olvidado que las tenía raspones, pero no solo las rodillas, brazos, manos, pies y una parte de su cara había moretones, cortaduras o raspones.

Su Guardiana se encontraba curándolas, había pasado 1 noche desde que le dijo eso, no dijo nada al respecto, solo lo abrazo en ese momento y se mantuvo en silencio.

Hoy tendría que entrenar junto al Caballero Dorado, así que se despidió de Armida y se fue al entrenamiento.

Esta vez estaban usando espadas reales, ya que la oxidada y vieja ya había sido reparada, obviamente ambos intentaban hacerse el menor daño posible, pero unos cortes siempre se escapaban, aunque esta vez también entrenaron con ballesta y arco, eso insistió el Caballero Dorado, quería que el menor recordara que él usaba eso originalmente.

Al terminar el Principito estaba derrotado, ahora tenía nuevas heridas en brazos y piernas, aunque no vamos a hablar como dejo él al Caballero Dorado, así que no se podía quejar mucho de 3 o 4 heridas pequeñas.

Se sentó en la sombra de un árbol para descansar, ya que el Caballero Dorado estaba yendo a por unas bebidas frías, ya que unos duendes habían robado las que ya tenía.

Se relajo en ese sitio, realmente estaba cómodo, se tumbó y usó las raíces del árbol como almohada y cerró los ojos, quizás hasta se echaba una siesta.

- Para ser el futuro Rey actúas como un niño. -

Se espantaba por las palabras y se levantó rápidamente y alzó la mirada hacia arriba, encontrándose con el Fantasma Real.

Se quedó un buen rato mirándolo fijamente.

- ¿Nunca has visto a un muerto visitar a su nieto? -

Claro, nieto, o mejor dicho su nueva marioneta para volver a obtener los dos reinos y seguir conquistando terrenos.

Por esa misma razón su padre y tío no peleaban en las Arenas, porque los dos tenían miedo que la vena maligna de pelear y conquistar saliera.

Pero ahora estaba él, peleando en las Arenas, era servirse en bandeja de plata y todo.

- ¿Cómo has estado? -

- Pues bastante bie-

- No me engañes, te he visto y estás como la mierda, he visto que tu madre ha vuelto de su tumba. -

- ... Me han contado lo que le hiciste a mi tía. -

- Vale. -

Eso finalmente arto al peli negro, él actuaba como si todo lo que hizo estuviera bien o como si no importara.

- ¿Vale? ¡¿VALE?! MATASTES A LA ESPOSA DE TU HIJO ¿Y LO ÚNICO QUE DICES ES "VALE"? -

En eso recibió una bofetada .

Había sido su abuelo.

- No me alces la voz, respeta a tus mayores. -

Se toqueteó la mejilla que había sido golpeada, vio que tenía sangre, quizás porque el mofeta fue a guante de hierro.

- Lo de tu tía fue algo de ese momento, igualmente, tu tío podría haber buscado a otra mujer, igual que tu padre. -

No podía decir nada, le dolía mucho la mejilla y solo salía sangre de esta.