La Melodía De Tu Voz ||Fanfic One Piece Lawlu/ASL

"Capitulo 18"

Este capítulo va a ser un especial Zosan únicamente porque es cumple de Sanji y mio jijiji
También va a ser cortito jsjsjs sorry
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Ya habiendo dejado al menor en el bar ambos digieron su camino como pensaban en un principio, sin embargo el de cabellos verdes veía la inquietud en la mirada del contrario –no debes preocuparte por Luffy, él sabe cuidarse– intentaba calmar al piloto.

–lo se, pero no puedo evitarlo, a veces confía demasiado en las personas– dejó salir un suspiro y recargó la cabeza en el volante aprovechando que estaban en un alto.

Zoro por su parte solo acarició su mano aunque no le dirigió la mirada –siempre te preocupas más por los demás que por ti mismo– dió un leve apretón y Sanji regresó su vista al frente para avanzar.

–supongo que no puedo evitarlo... pero por suerte estas aqui– el rubio dejó salir una risa desganada e intentó ignorar el tema.

–regresaría del infierno solo para alejar esos pensamientos de tu mente– con ternura acarició la pierna del contrario pero no despegó la vista de la ventana.

Por su parte el ojiazul no dijo nada más pero cada que podía tomaba la mano del más alto y daba vistazos rápidos para asegurarse que todo está bien, cosa que el otro notaba.

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Antes de bajar del auto Zoro le vendó los ojos y tomó su mano para guiarlo –no creo que sea buena idea seguirte, marimo....– dijo entre bromeando y preocupado.

–cállate, yo se a donde vamos– por su parte Sanji solo dejó salir un bufido preocupado y le siguió el paso.

Después de unos quince minutos caminando Zoro se detuvo y quitó la venda, el ojiazul se frotó los ojos para reacostumbrarse a la luz, sin embargo se sorprendió por la vista que tenía.

Era una sala oscura de la cual la única luz que había provenía de una ventanal con incontables seres marinos de todos los colores y tamaños, enfrente y recostados en la pared habían unos puffs y una mesa con una tabla de quesos.

–pero... que– al momento de buscar los ojos ajenos para pedir respuestas se encontró con el guardaespaldas con un gracioso gorro de cangrejo que le sacó algunas risas confundidas.

–lo se, es demasiado, pero Usopp insistió en que te gustaría– apenas se notaba su sonrojo por la oscuridad pero fue suficiente para que Sanji riera.

Se acercó  con calma y tomo el rostro sonrojado del contrario en sus manos –para nada, te ves adorable– dejó un suave beso en su mejilla y le quitó el gorro –ahora, explícame que es todo esto– dio un nuevo vistazo a la habitación volviendo a admirar lo que el moreno había preparado.

–bueno... ya que nunca pides nada pensé que sería buena idea hacer algo por tu cumpleaños– el peliverde tomó las manos de Sanji y lo dirigió a los puffs haciendo que se sentaran.

–Zoro... no– Las palabras del rubio fueron interrumpidas por la mano del mayor que había tomado su mentón y hacia que se vieran a los ojos.

–no digas que no era necesario– y lo besa suavemente para que las preocupaciones el ojiazul se dispersaran.

Se separaron más por falta de aire que por ganas y se miraron a los ojos, cosa que hacia que el rubio se sintiéra avergonzado, así que apartó la vista para dirigirla a los peces –¿como conseguiste una habitación así?– intentaba cambiar de tema para no sentir como los colores le subían al rostro.

–Jimbe me ayudó, le pidió un favor al dueño del acuario y entre favores y favores conseguimos esta habitación, lo que debería sorprenderte es la comida, yo mismo la hice, con algo de ayuda...– hizo un gesto de desagrado al recordar todo lo que había acordado con Nami para que le ayudase a prepararlo todo.

El rubio dejó salir unas risas al ver su expresión, tenía una idea de lo que había pasado, tomo un poco que lo que había en la tabla de quesos y se la llevó a la boca para disfrutarlo –¡oh! Es delicioso, no sabía que podías ser tan buen cocinero– tomo un poco más y lo dirigió a la boca del peliverde.

Zoro lo aceptó con gusto, no estaba malo, pero no se comparaba con la comida que hacia Sanji –supongo que el esfuerzo valió la pena– tomo más y ahora fue el turno del más bajo de aceptar ser alimentado.

La noche pasaba amena, ambos disfrutaban de la vista y la compañía, la charla saltaba de tema en tema, provocando pequeñas discusiones que se solucionaban con besos y risas, ambos se sentían plenamente felices, todo se sentía perfecto e irreal.

Pasadas las horas Zoro le anunció que debían marcharse pues tenía otro plan en mente y con la misma incertidumbre con la que había llegado dejó que en esta ocasión el guardaespaldas conducirá.

No fue necesario venderle los ojos esta vez, pues Sanji no reconocía el lugar donde estaban y al cabo de otros treinta minutos conduciendo llegaron a un descampado donde habían algunas personas acampando.

–yo... no estaba muy seguro de esto, sin embargo Usopp insistió en que te gustaría– intentaba restarle importancia en lo que armaba la tienda de campaña y sacaba otra cosas que Sanji no hubiera imaginado que el contrario sabría para que servían.

Se trataba de dos telescopios, no tan grande, mucho menos profesionales, pero parecían útiles, le acerco una caja de cigarrillos cosa que confundió al rubio –te veo... cuando sales a fumar por la noche porque no puedes dormir y te quedas mirando las estrellas, cuando regresas siempre te lavas los dientes pero al besarme aún siento el sabor a nicotina, sabes que no me gusta el olor del tabaco, pero...– tomo una de sus manos y la beso con ternura –me gustas tú...– y alzó la mirada para verlo a los ojos, una mirada llena de amor puro y devoto, como si con esa sola mirada Sanji pudiera entender todo lo que le cuesta decir en voz alta.

–Zoro...– susurró en un hilo de voz y los brazos del nombrado rodearon al rubio, este por su parte sentía como todo su pecho se llenaba de una calidez reconfortante sentía como algunas lagrimas amenazaban por salir y su cuerpo se encontraba débil ante las hermosas palabras del guardaespaldas.

Después del momento emotivo ambos se sentaron en la sabana que había puesto el más alto en el pasto, Sanji encendió un cigarrillo y Zoro tomaba de una botella de licor, de nuevo la charla fluyó amena y en general todo fue perfecto.

El rubio se recostó en las piernas de el moreno y hablaba sobre cocina, claramente el de la cicatriz no entendia mucho y solo se limitaba a acariciar la cabeza de su novio, realmente se sentía feliz de poder tener a alguien como Sanji en su vida, pero no lo diría en voz alta porque las palabras no sirven de nada si las acciones no lo demuestran.

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Ay que viva el amor :")
A mi no me va a tocar pero que viva el amor ksnfnfkw.

En fin, Feliz cumpleaños a Sanji y a mi wuwuwuwu.