Capitulo 8

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-¿como es posible que ya lleves 5 rondas ganadas? Estas haciendo trampa- se quejaba el peliverde puesto que Usopp de nuevo había ganado -no es mi culpa que no sepas jugar Uno- reía con egocentrismo el achinado -¡yo digo que trae cartas escondidas! ¡revisalo!- ahora fue el turno de Sanji de atacar al moreno y entre ambos empezaron a perseguirlo por toda la sala lo que fue perfecto para Nami ya que solo Luffy sería testigo de las cartas que tenía escondidas.

La tarde se pasaba entre risas, bromas, las constantes peleas del cocinero y el guardaespaldas, a la stilyst regañandolos, el actor ganando casi todas las partidas y el cantante robando chuches de todos.

El menor de todos no podía evitar sentirse agradecido de tener tan buenos amigos, después de todo lo que había pasado seguían ahí con él y eso lo hacía muy feliz.

Ya era pasadas las 5 de la tarde y todos empezaban a tener hambre así que inició la discusión por lo que iban a comer.

-¡carne!- gritaba efusivo el menor
-yo con onigiris y un buen licor estoy bien- decía despreocupado el guardaespaldas como si no tuviera al actor envuelto en mantas como costal de papas
-mh mmh mh- intentaba hablar del achinado ya que su boca también estaba cubierta
-aunque me gustaría cocinarles me temo que Luffy ha vaciado su refrigerador de nuevo, tenemos dos opciones, salimos a comer o pedimos comida- el rubio apagaba su cigarrillo y cerraba la ventana para acercarse al grupo.

Todos quería salir ya que hacía tiempo que no lo hacían, sin embargo no querían poner en riesgo al azabache pero no querían prohibirle la idea ya que eso podía hacer que su buen ánimo decayera, así que el grupo de amigos estaba en duda si elegir o dejar que el de ojos rubí lo haga.

-vamos a comer, necesito salir de este lugar jajaja- Luffy no era tonto, podía darse una buena idea de lo que pensaban por la obvia preocupación que intentaban disimular, no quería ser el causante de ese sentimiento tan horrible así que intentó aligerar su pesadez riendo sonoramente mientras tomaba su cartera, teléfono y llaves y se ponía en marcha hacia la puerta sin esperar a que los demás reaccionaran.

En poco tiempo ya estaban todos en el auto de la mujer, iban hablando de temas triviales mientras la radio estaba de fondo.

No habían escogido un lugar tan lejos, así que llegaron rápido, al final se decidieron por comida italiana para comer algo diferente a lo usual, de nuevo la conversación fluía con alegría, los temas variaban desde lo que habían hecho en la semana hasta que había sido de la vida del actor durante el tiempo que no se vieron, al parecer había tenido que viajar al extranjero para grabar una película sobre un hombre que era un francotirador y ya no se supo más puesto que tenía contrato de confidencialidad y no podía dar muchos detalles.

La cena también fue exquisita, a pesar de no ser la favorita del grupo disfrutaron mucho del buen sazón que tenía la chef, incluso el rubio pidió hablar con ella para pedirle algunas recetas.

Habiendo terminado y saliendo del restaurante decidieron dar un pequeño paseo hasta donde el menor lo soportara, pasaron a comprar algún postre y continuaron charlando hasta que se toparon con un karaoke que estaba al lado de un bar el cual no destacaba mucho, eligieron rentar una sala para celebrar el regreso del moreno y desearle una pronta recuperación al menor; más bien eran una excusa para beber y pasar más tiempo junto, pero nadie puso resistencia al plan.

Tomaron sus lugares y la primera en elegir canción fue la pelinaranja, al poco tiempo se empezó a escuchar la música en las bocinas del cuarto.

Las sonatas eran pegadizas y conocían la mayoría, en ocasiones se hacían duetos y dependiendo la canción cantaban todos, Zoro solo se enfocaba en que su vaso siguiera lleno, pero cuando Luffy le pedía cantar no se negaba en lo más mínimo.

Ya había pasado aproximadamente una hora y el menor sentía que tenía que ir al baño, así que se separó un momento de sus amigos y salió de la habitación, por su desgracia no recordaba dónde estaban los sanitario y dio mil vueltas hasta que se encontró en la entrada, pensó que si salía y entraba podría ser más fácil ubicarse.

Estaba por entrar cuando escuchó música en aquel bar que vio antes, no era una canción que él conociera pero le parecia que tenía un bien ritmo, se acercó para saber de que se trataba, sin embargo poco logró distinguir así que se dispuso a entrar.

El lugar es pequeño pero hay bastante gente, la decoración no es muy ostentosa, algunos cuadros y letreros de luces led cubrían la paredes, las mesas son de madera y las sillas se ven cómodas, la barra también es pequeña pero las bebidas estaban bien acomodadas, el escenario tiene luces led en la parte de abajo para que las personas no choquen con él, unas cortinas que son meramente decorativas, micrófono y algunos instrumentos.

-¡buenas noches damas y caballeros! Esta por empezar la noche de bandas y solistas, recuerden que si algo les gusta pueden acercarse a la barra y pedir información- decía una chica con entusiasmo -por favor denle un aplauso al primer solista- el público aplaude y la luz disminuye, lo único que queda iluminado es el pequeño escenario.

A pesar de la distancia puede ver a un hombre de cabello negro y una barba desaliñada, no alcanzaba a ver más y pensó en solo irse, sin embargo se empezó a escuchar como su voz sonaba por las bocinas y el azabache sintió que estaba en el mismísimo cielo, su voz gruesa hacia el contraste perfecto con la melodía, no era pegajosa, más bien era relajante, no pudo prestarle mucha atención a la letra ya que sintió una mano en su hombro pero la tranquilidad regresó al ver que se trataba del cocinero.

-¿que haces aquí? Te hemos buscado por todos lados- se veía preocupado, era normal pues había tardado más de media hora -lo siento, no me di cuenta- rió para quitarle importancia pero de poco le funcionó ya que el mayor se veía molesto -anda, los demás nos esperan- empezó a jalarlo fuera del lugar con cuidado de no lastimarlo -e-espera Sanji, tengo que hacer algo antes- esperando una explicación la soltó pero no creyó que se iría tan rápido.

-disculpe- llamó la atención de la chica de antes -¿el sujeto que esta cantando viene aquí seguido?- preguntó con obvio interés -así es, más o menos a esta hora es cuando canta- ni si quiera se molestó en verlo ya que estaban hasta el tope de pedidos -a y otr- fue interrumpido por el peliverde que lo cargó cual princesa y lo sacó del establecimiento.

-bien, vamonos- dijo la pelinaranja, apenas reparó en que ya esta en el auto siendo regañado por todos -¿en que estabas pensando? Estábamos preocupados, Nami incluso pensó que te habían acorralado de nuevo o peor aún que t- el rubio no dejo terminar a Usopp más que nada por miedo a que lo que pensaba decir se hiciera realidad -debiste decirnos si querías ir a ese bar- abrio la ventana y encendió su cigarrillo, estaba molesto y el azabache lo sabia -no es eso, es que me perdí y termine en la salida, cuando iba a entrar escuche una canción muy buena y tuve curiosidad- intentó excusarse, nadie dijo nada más, tal vez porque seguían molestos o porque ya no tenía caso, pero el de ojos rubí se sentía mal por eso.

-chicos l- las risas empezaron en el auto confundiendo al menor -no podemos ser tan serios, eso no es parte de nosotros- reía Usopp junto con Sanji, Nami y Zoro solo mostraban una sonrisa y Luffy no pudo estar más contento de que ya haya pasado el mal trago.

Por fin habían llegado a su casa, ya todo estaba en paz y le ayudaron a levantar el desastre que hicieron por la tarde, terminaron viendo una película y haciendo skincare; más que nada por la pelinaranja.

Desidieron que sería buena idea si se quedaban a dormir para poder hacerle compañía al azabache y tomar turnos por si necesitaba ayuda con algo, Nami se quedó en el cuarto de visitas, Usopp y Sanji en la sala y Zoro con Luffy en su habitaciones por si ocurría alguna emergencia.

Y antes de caer dormido volvió a agradecer; a quien quiera que lo escuchara, por los amigos que tenía y la felicidad que ellos le daban.

La Melodía De Tu Voz ||Fanfic One Piece Lawlu/ASLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora