Largo viaje

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Llegué al tren, donde ambos tributos, ambos mentores y Lenny ya estaban esperándome. El viaje se me hizo eterno y también algo incómodo pero, ¿qué esperaba? Annie parecía ida, parecía demasiado nerviosa. La entendía, yo estuve igual. En cambio Marcus lo llevaba más alegre, haciendo preguntas a Finnick y Mags para que le recomendaran. Y entonces me acordé de Lucas. Él estaba igual cuando íbamos en el tren. La diferencia entre aquella vez y esta somos Annie y yo. Ella habla más, aún que se le noten demasiado los nervios. Yo no decía nada, me lo guardaba todo. Cada uno lo lleva como puede.

Me había ido hacía un rato de la conversación, estaba concentrada en mis pensamientos y no lo estaba en los demás que había en aquel compartimento. Cuando volví a centrarme en ellos, la chica se había ido ya que no estaba ahí. Pensé que quizás le iría bien hablar, así que salí de allí y fui a buscarla. Obviamente quiero que Marcus sea el que sale de la arena, pero lo que también sé es que si Marcus no puede ser, estaría muy bien que fuera ella. A pesar de eso, tengo que aconsejar y enseñar a ambos igual, por mucho que esté dispuesta a hacer por Marcus una vez entre a la arena. En ese momento, probablemente la chica no me importe. Pensaré en ella, obviamente. Pero estaré tan centrada en mi hermano que lo que pase alrededor me será indiferente.

-Hola- dije abriendo la puerta del compartimento donde se encontraba la chica.

-Hola- dijo con media sonrisa, había estado llorando.

-¿Quieres hablar?- dije, y cuando vi que asintió, me acerqué a aquel sofá y me senté a su lado, mirando hacia ella.

-Tengo miedo.

-Quedará muy cutre que sea lo único que te diga, pero es lo normal.

-Tú no parecías tenerlo el año pasado, tu hermano tampoco parece tenerlo.

-Yo estaba aterrorizada. Hacer que no lo estás, solo hace que te engañes a ti misma. Yo lo hice, no fue muy bien.

-Saliste con vida.

-Sí, salí con vida físicamente. ¿Mentalmente? No.

-¿Entonces es mejor morir?- dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Tendría que decirte que no, pero creo que sí. Una vez mueres, dejas de sentir. Dejar de sentir es un alivio. Pero todos queremos y la mayoría merecemos vivir. Por eso luchamos, porque aunque queremos rendirnos, dejar de sufrir, hay una parte de nosotros que no quiere rendirse, que quiere seguir luchando.

-¿Por qué deberíamos luchar?-preguntó, más interesada.

-Te diría que yo luché por Lucas, por Marcus y también por Joel. Pero en el fondo de nosotros, también luchas por uno mismo. Estar dispuesto a morir no es quererlo.

-Quiero volver a casa, con mi familia. Solo pienso en ello.

-Eso, ese pequeño pensamiento es lo que te da fuerza para no rendirte- dije con una sonrisa-tienes que pensar en ello, en algo que quieras más que nada. ¿Qué es lo que quieres más que nada?

-Volver a casa.

-Entonces lucha por ello.

-¿Cuál era tu pensamiento?-dijo mientras se giraba para mirarme.

-Lucas. Quería que él volviera a casa.

-¿Tú no querías volver?

-Sí, claro que quería volver. Pero prefería que lo hiciera él.

-¿Qué había de ti? ¿No pensabas en ti?

-Pensaba en dejar de sentir. Si él salía, yo moría.

-Una vez mueres, dejas de sentir- dijo repitiendo lo que le había dicho hacía pocos minutos.

Help Me- Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora