Taylor, es hija del famoso asesino Stu Macher.
Ella es novia de Tara Carpenter. Ambas tienen una vida normal... hasta que un día un loco enmascarado pone sus vidas de cabeza y a la razón de su separación.
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𝑪𝒂𝒑: 13 "𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑙𝑜𝑗"
No sé lo que pretende Amber, dijo "Nos vemos mañana" ¡Ya es mañana! ¿Ahora qué?¿Le escribo?¿La llamó?No puedo salir así qué mis opciones se acaban.
Un golpe en mi ventana interrumpió. Me giré con una mirada confusa y otro golpe se escuchó, una piedra. Abrí la ventana asomándome. Tara... - Entonces si era verdad, estás castigada. -
- ¿Qué haces aquí? - Pregunté con seriedad. - Taylor, no quiero que el ambiente se ponga incómodo cada vez que te habló, ¿Por qué no nos olvidamos de todo y tratamos de ser amigas? - Dijo escondiendo las manos con timidez.
Pensé en eso unos segundos antes de responder. - Bien... - Respondí a medías. La verdad no quiero que sea raro cada vez que estamos cerca.
- ¿Viniste hasta acá solo para decirme eso? - Frunci mis cejas en confusión.
- Bueno... Quería devolverte esto. - Metió la mano en su bolsillo, al sacarlo me enseñó mi reloj.
después de todo este tiempo lo había olvidado, ni si quiera sabía que ella lo tenía. La última vez que lo vi fue cuándo desperté y luego nada...
- ¿Cómo lo...? - Antes de terminar ella me interrumpió. - ¿Cómo lo conseguí? - levantó una ceja. - Tú me lo disté. - se respondió ella misma al notar mi cara confundida.
- No es cierto, estaba en el hospital cuándo desperté. - frunci el seño confundida. - Claro que no, lo tenía yo. - Mostró una sonrisa cómo si fuera obvió. - Cómo sea, ¿Lo quieres o...? -
- ¡Sí! - Respondí algo deseperada. - Digo, sí, por favor. - Calme mi tono.
- Todo tuyo. - lanzó el reloj hacía la ventana y lo atrapé - Gracias... - Mire el objeto con una sonrisa, al voltear a verla ella ya no estaba. Miré al rededor, pero ella ya se había ido de ahí.
¿Eso fue todo? No pude despedirme y no estoy segura de que haya escuchado lo último que dije.
Así cómo está noche. No me dio tiempo de actuar...
(ғʟᴀsʜ ʙᴀᴄᴋ)
- Te extrañé mucho. - Dijo con una susurró presionando un intenso beso en mis labios. - Sólo pasó un día. - Me separe para recuperar el aire.
- Fue un largo día. - Con pasos apresurados nos dirigimos al borde de la cama. La pelinegra se sentó en mi regazo a horcajadas cuándo el beso volvía a un ritmó rápido y desesperado.
Mis manos subieron a su cadera para tener más comodidad. - Podrías haber esperado. - solté una pequeña risa.
- Taylor, callate y besame. - Solto frustrada. Sus manos descansaron en mi hombros cuándo atrapó mi labio inferior suavemente en sus dientes.
Mis manos ejercieron un poco de presión en su cadera cuándo la chica soltó un pequeño gemido, ese pequeño sonido solo me alentó a seguir besándola con más fuerza. Sostuvo mi cabeza con sus manos para más contacto.
Unos golpes en mi puerta hizo que nos separemos. - ¿Si? - Pregunté. - Tay, ¿Quieres ver una película? - Era mi hermana. - Estoy algo aburrida. -
Eso no detuvo a Amber por lo que con un hiló de besos bajó por mi barbilla hacía mi cuello, solté un leve jadeo al sentir la presión de sus besos en aquélla zona.
- Ah, lo siento, Juls. Estoy algo ocupada... - Respondi tratando de retener unos cuantos gemidos. - estudiando, tal vez otro día. - Agregué. La pelinegra se separó de mi cuello para volver a conectar nuestros labios. - Oh, está bien. Sólo come algo y toma tus pastillas. -
- Sí, lo haré. - Las manos de Amber buscaron el dobladillo de mi camiseta, por debajo de esta comenzó a dejar caricias sobre mi piel.
Me separé de sus labios para recuperar aire. - Podrían escucharnos. - Dije con la respiración cortada. - Tienes razón... perdón. - Escondió su cabeza en mi cuello, aquél tierno gestó me causó una sonrisa por lo que la abracé de la cintura y con una mano dejé caricias en su cabeza.
- Está bien... me gustó. - Hablé con un tono bajó, pero con una sonrisa, se separó de mí para mirarme con una sonrisa. - ¿En serio? - módulo a medias por lo que con un asentimiento confirmé.
Nunca me había pasado algo así, es decir, con Tara sólo llegamos a largos besos, pero nunca más allá. No por miedo, no porque no me gusté, simplemente no había necesidad de intentarlo.
- ¿Aún sigues tomando pastillas? Creí que se había ido. -
- También creí eso. - Respondí evitando su mirada. Me tiré en la cama y ella me siguió acostándose a mi lado. - Desdé que desperté sigo viéndolo con más frecuencia. - Agregué, me giré para recostar mi cabeza en su pecho.
- ¿Qué te dice algo? - Escondí mi cabeza en su cuello, mi brazo la rodeó por la cintura para abrazarla.
pensé en eso por un momento, "débil" se repetía la palabra en mi cabeza. - Nada importante. - Respondí con un suspiró.
- Sonará raro, pero... ¿Él está aquí?. Es decir, nos está viendo. - Me levanté intrigada por su pregunta. Miré hacía el espejo en mi pared.
- No. - Negué rápido al no verlo. Me volví a acoatar a su lado, pero está vez mirando hacía el espejo.
- Se irá, yo sé que sí. - Amber me abrazó por la espalda dejando pequeños besos en mi clavícula. - Sí - Murmuré.
Ahora en el espejo su reflejo de el mirándome con una expresión sería. - "Ella miente" - Dijo repetidas veces al notar cómo trataba de ignorarlo.
- "Te está mintiendo, Taylor" - Cerré los ojos ignorándolo. - Te amo. - susurró Amber. - me giré para encontrarme con su mirada. - Y yo a ti. - Dejé un cortó beso en sus labios.
- Hey, ¿Y esto? - Sujetó mi muñeca viendo mi reloj. - ¿Dónde lo encontraste? -
Pensé por un momento antes de responder. - Lo encontré... Entré mis cosas. - traté de que suene creíble. - Oh, creí que lo habías perdido. -
- "¿Por qué no le dices la verdad?" - Preguntó Stu con enojó.
¿Por qué le enojaba eso?. Cómo sea no podía decirle a Amber que Tara lo tenía.
