Taylor, es hija del famoso asesino Stu Macher.
Ella es novia de Tara Carpenter. Ambas tienen una vida normal... hasta que un día un loco enmascarado pone sus vidas de cabeza y a la razón de su separación.
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𝑪𝒂𝒑 15: "¿𝐸𝑠 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎?"
Siempre he creído que escapar de casa es algo estúpido y más cuándo escapas solo para ver a alguien, pero está vez ignoré eso.
Pues... digamos que he estado visitando a cierta chica más baja que yo durante dos semanas. En cierto modo ha hecho que estás semanas no sean aburridas para mí.
Me asomé por la ventana viendo a la chica tirada en su cama mientas veía algo en su lapto/computadora. Toqué la ventana con una sonrisa, ella volteó a verme rodando los ojos.
- Te tardaste. - Dijo sería la chica mientras abría su ventana. - Lo sé, lo sé. Mi hermana no dejaba de interrogarme. - Respondí entrando por esta.
- Espera, ¿Tú hermana sabe qué estás aquí? - Su expresión parecía preocupada. - No, no, claro que no. - Negué rápidamente.
- Ah... Bien, por favor no se lo digas a nadie. - Murmuró escondiendo sus manos detrás.
- Sí, no te preocupes. Esto sería raro. - solte una risa nerviosa. - ¿Por qué sería raro? - levantó una ceja. - Pues es raro. ¿No?, digo, reunirte con tu ex... - expliqué
- ¿Sólo soy tu ex? - Su expresión se tornó decepcionada. - Bueno, técnicamente sí... - Me detuve unos segundos para tomar un respiró. - Pero también eres mi amiga. -
Una sonrisa apareció en su rostro al escuchar esas palabras. - Tú también eres mi amiga, Tay. - Dio un pasó hacía mí. - Lo sé. - Mostré una sonrisa confiada.
- ¿Quieres jugar algo? Tengo tus videojuegos que dejaste aquí. - Propuso. - Si, claro. Esta vez eliges tú. - Acepté.
Ella asintió y se dirigió a un cajón al lado de su cama para buscar algún videojuego. Aproveché ese momento para darme la vuelta y sacar de mi bolsillo unas cuantas pastillas y tomarlas.
Tara no es buena para esto, pero ella amaba jugar videojuegos conmigo, aún que siempre le ganaba por su falta de experiencia.
- ¿Qué tal este? - Me mostró el videojuego, mi favorito, pero... - Tara, ese es solo de un jugador. - Sostuve el videojuego.
- Pero es tu favorito y eres muy buena. Tal vez podrías... enseñarme a jugarlo. - Escondió de nuevo sus manitos con nervios, que gestó tan tierno.
- Bien, está bien. - Me dirigí a la consola para poner el videojuego. - Pero te digo que no... -
- No tienes paciencia. - Terminó por mí, ella me conocía muy bien. - Exactamente. - Asentí.
