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Por Dios, estuve cantando todo el concierto. Mi garganta dolía por completo pero yo ahora estaba saludando gente en lo que Félix nos llevaba back stage con ellos, su mano estaba en mi cintura y en mis labios había una sonrisa fingida, junto con un cigarro de vez en cuando—¡Eres una Zorra! Escuché de fondo, reí y asentí volteando hacia aquella dirección.

—A veces. Respondí, escuché un par más de gritos y pasé la puerta donde la seguridad esperaba.

—¿Acaban de decirte zorra? Preguntó Abril divertida, Félix rio bajo y negó divertido—No les hagas caso. Dijo, asentí—no me mueve nada, no te preocupes.

—Abril, ¿Me dejas hablar con ella a solas? Preguntó amablemente, Abril asintió y subió las escaleras.

—Te ves hermosa. Dijo—Creo que eso ya lo dijiste. Dí un pequeño empujón a su hombro, el río—Sabes, quédate con la chaqueta. Te queda mejor que a mí—¿La puedo vender? Huele a ti. Respondí divertida mientras me envolvía en la chaqueta y cubría mi cuerpo dejando solo a la vista mis pechos, el negó con la cabeza y rasco la parte trasera de su cuello con una sonrisa divertida.

—No, es tuya. Si la veo en alguien más no te vuelvo a hablar—Bien, es mi tesoro. Respondí, su mirada inevitablemente bajó a mis pechos, jadeé—Tengo ojos.

—También dos amigas. Balbuceó—Sucio, pensé que éramos amigos. Respondí entre risas—Lo somos. Hablo serio, acaricio mis cabellos con una de sus manos, busque con mi mano la pared y me recargue en ella, el se acercó a mi quedando a pocos centímetros de mi rostro.

—Los amigos no se besan. Dije, el rio—Entonces no soy tú amigo. Agarró mi rostro con una de sus manos y unió nuestros labios con desesperación, sonreí mientras el buscaba meter su lengua entre mi boca, le di acceso y agarre su cuello, busqué algo para jalarlo hacia mi y cuando encontré su cadena le di un jalón, nuestros cuerpos quedaron pegados por completo, el me quitó la chaqueta y la tiró al suelo, puso una de sus manos en mi cintura y la otra la apoyó en la pared.

—Me estás volviendo loco. Murmuró, reí—lo mismo digo. Hable agitada, el jadeo bajó y volvió a besar mis labios con insistencia, me estaba dejando llevar por el, demasiado.

—No quiero ser otra más.

—Samantha, solo e estado con tres personas en tres años que llevo cantando.

—¿Cómo se que es verdad? Pregunté—Olvidé cómo carajos se siente un coño, ¿Eso es suficiente para ti?—Si, pero no será hoy.

—Pon fecha y te separo el día en la agenda. Dijo, reí mientras agarraba su mano y jugueteaba con sus dedos largos.

—Pasado mañana.

—¿Segura? Preguntó divertido.

—No, olvídalo. Ese día tengo examen en la universidad—respondí, el giró los ojos, agarré su muñeca y llevé su mano a mi boca, el separó dos de sus dedos y los llevé hacia adentro de mi cavidad bucal, los chupe y succioné como si de otra cosa se tratara, el sonrió y los llevó hasta al fondo de mi garganta, relaje esta y ninguna de sus estocadas profundas a mi boca me inmutaron, saqué estos de mi boca y hablé con la voz agitada—¿Disfrutas follar mi boca acaso? El asintió divertido y besó mis labios.

—Tú boca es caliente. Hablo contra ella, se separó de mí y metió el par de dedos a su boca para limpiar mi saliva, jadeé desesperada. Abril bajó las escaleras y aclaró su garganta—Eh... Sam, Osvaldo nos está buscando.—Yo la llevaré. Dijo Félix separándose de mí para ver a Abril a los ojos, ella asintió y salió, escuché un par de gritos.

—Creo que es mejor que ya me vaya, sabes tengo que ir a la universidad mañana. Dije nerviosa mientras el me veía profundamente, asintió comprensivo, agarró la chaqueta del suelo agachándose frente a mi y me la dio, me la puse mientras lo veía inocentemente, el agarró mi mano y sin notarlo me jaló hacia el, me dio un abrazo y empezó a caminar hacia afuera, cuando abrió la puerta un destello invadió mis ojos, una, dos, tres fotos. Puse una de mis manos en mi rostro para taparme y caminé detrás de él, ambos caminábamos por el pasillo eterno de gente.

𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 || Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora