020

791 39 18
                                    

Lo que siento: Cuco

Acabo el concierto con aquella canción, "For your love". El realmente se veía mal, algo en mi me dijo por un momento que era falso, que lo que sentia no era cierto, hasta que lo vi buscarme con la mirada exactamente en la fila en la que estaba, en la orilla en la que estaba, el no dijo nada, entré abrió sus labios y Ronaldo lo interrumpió—¡Gracias Los Ángeles! Los amamos. Dijo con voz agitada, aquel había pasado todo el concierto de arriba a abajo, animando al público, sinceramente solo fui a dos conciertos de Proibito, pero en ninguno vi a Félix de esa manera, no sabía si era así en los anteriores.

Tan... Calmado, estuvo todo el concierto sentado sobre una banca frente al micrófono con el bajo en brazos, tocando con tanta suavidad que me deprimió.

Una mano tiró de la mía rápidamente y por un momento pensé en gritar, después vi a la chica alta de cabellos negros con rosa caminar frente a mi y me relaje por completo, Dios. Estaba apunto de matarme del susto, caí en cuenta de que iba a verlo un par de segundos después, mi estómago se revolvió y pensé que vomitaría de los nervios.

Mi corazón estaba apunto de salirse de mi caja torácica y en un momento acabé con la longitud de mis uñas y un poco de la piel de mis dedos, la mano suave de aquella me guiaba rápidamente detrás de el escenario, esperé un par de minutos en silencio hasta que por obra de magia salió por una puerta backstage, jadeé y mis rodillas perdieron fuerza, temblaron mis manos, agregando que sudaban.

El me vio, chocó su vista conmigo, ojos rojos y una venda en la muñeca de su brazo izquierdo que no había visto hace un par de minutos—Los dejo. Murmuró.

Quería abrazarlo, sentir su perfume, su calor, sentirlo a él.

Aquel camino lentamente hacia mi y aceleró el paso cuando me vio hacerlo a mi también, me abracé a él con tantas fuerzas que mis nudillos se pusieron blancos del esfuerzo, lloré, lloré como una cobarde, necesitaba llorar en sus brazos tanto como necesitaba el aire para respirar, necesitaba que me besara y que me dijera que todo estaría bien, agarró mi mejilla con brusquedad y me besó furioso, tiró mi labio inferior hacia el y mis lágrimas seguían bajando por mis mejillas como un bebé, se separó de mis labios y me abrazó nuevamente, agarró mi nuca para acercarme a él y aspiró el perfume en mi cuello.

—Me odio, me odio tanto por dejarte así, se que también me odias y no puedo hacer nada para cambiarlo. Murmuró, negué con la cabeza contra su pecho y besé sus labios ahora con gentileza—No te odio, te amo, te amo tanto y detesto la puta idea de hacerlo. Murmuré, el besó mis mejillas—Te extrañé tanto... Te amo, Samantha. Extrañé tus labios, tu aroma, tu cuerpo... Todo.—Félix. Murmuré como aclaración, el estaba ahí, sus manos me estaban tocando, su calor me envolvía, sus labios chocaron con los míos, lo sentí.

Deslicé mi mano por la venda y acaricié con el pulgar—No lo hagas, me siento una mierda, por Dios solo no... Besó mis labios tratando de callarme, bajó ligeramente la venda y su piel estaba lisa, sin ninguna marca reciente, preciosa, podía besarla sin sentir ninguna culpa, quería hacerlo.

—Estás aquí. Aclare para mí misma y hundí mi rostro en su pecho.

¿Cómo una relación podía marchitarse de la forma en la que la nuestra lo hizo? Inesperadamente y por... ¿Fama?

—Estoy aquí. Dos palabras, sencillas, sin mucho significado para otros, estas se convirtieron en un ruido sordo que me aturdió, el agachó la cabeza y escuché un par de golpes a la batería y gente aclamando su nombre. Pidiendo otra canción.

—Tengo que irme, te prometo que voy a volver. ¿Si? No te vayas, te lo ruego... Hablo, en su mirada había tanta nostalgia que mis lágrimas brotaron otra vez, asentí y lo vi sonreír, mi corazón dio un vuelco, besó mi frente y se fue corriendo apurado.

𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 || Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora