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Tres meses y dos semanas después.

Mordí mis uñas con nerviosismo, la llamada que hice con Félix hace un par de horas sobre su paradero ya no era suficiente para mantenerme tranquila, después de aproximadamente unos tres meses, agregando los anteriores e ignorando los dos días que estuvimos juntos cuando la banda tocó nuevamente en Los Ángeles.
No lo había visto físicamente en mucho tiempo, más que cuando este estaba caliente hacíamos un par de llamadas irracionales.

Abril aún no sabía que estábamos juntos, alguna vez lo sospecho pero me encargue de hacer que lo olvidara por completo, Félix obligó a Ronaldo a darle tiempo para el mismo, según este ideó un plan para seguir viéndose afectado por nuestra ruptura, Ronaldo se cansó de sus actitudes y le dio tiempo para encontrarse a sí mismo como artista, cantautor, todo ese tiempo estaría follando conmigo.

—... Ya llega. Dije frustrada, llevaba desde que llegué al aeropuerto -un par de horas- sentada en una banca frente a un aire acondicionado para no desmayarme o algo por el estilo, el vuelo se retrasó más de lo que debería y eso ponía mis nervios de puntas, por fin, suspiré.

Un mensaje.

"Voltea a la derecha"

Voltee mi cabeza un par de centímetros y ahí estaba el, con una gorra azul marino con blanco de algún equipo de futbol americano, una sudadera blanca y un par de pants del mismo color que la gorra, absurdamente atractivo. Me levanté y corrí lo más rápido que mis piernas temblorosas me dejaron, me abalancé sobre el y lo abracé con todas las fuerzas que tenía, aquel rodeo mi cintura con sus manos grandes.

Besé su cuello como la única extensión de piel suya que estaba a mi alcance y el agarró mi mejilla llevando mi rostro al suyo, besó mis labios como pudo, tan agitado que pensé que el había corrido, mi falda blanca deportiva se alzó por la fricción de sus manos en mi cuerpo, probablemente mi olor era desagradable, salí del gimnasio y fui al lugar inmediatamente.

—Te amo, te extrañé demasiado. Murmuró, guardé silencio mientras admiraba sus ojos marrones oscuros, con las pupilas dilatadas, si hubiera sido por mi hubiera abierto ahí mismo mis piernas para el.

—Eres guapísimo. Pensé en voz alta, el rio y su sonrisa por un momento le dio sentido a mi vida, el calor que se formó en mis mejillas bajó a lo más profundo de mi cuerpo.

—¿Tienes tus maletas? Preguntó, sonreí y me di la vuelta señalando con la mirada aquellas, justo en el lugar donde las había dejado, a un lado de la banca donde estaba sentada, nuestro plan era sencillo, apenas llegara comprar un boleto a San Francisco -como su petición- y quedarnos ahí hasta que Ronny le pidiera a gritos que volviera, el no sabía que aquel estaba en LA.

—¿Quieres ir en el avión privado? Pregunto a mi oído cuando envolví el mango de la maleta con mi mano, apreté mi mano por su tono de voz provocativo, agregando que ambas de sus manos estaban en mi cintura dando movimientos circulares, asentí lentamente.

—¿Abril sabe que viajarás?

—Para nada.

—Buena chica. Murmuró, jadeé.

—Vamos, mientras mas temprano lleguemos más tiempo tenemos para conocer. Dijo, me di la vuelta y sonreí, el tiro mi mano hacia la suya y entrelazó mis dedos con los suyos, ambos caminamos hacia la salida, no podía negar que lo veía como una tonta.

—¿Quieres saber qué hice cuando estuve en Nueva York? Preguntó, asentí expectante—Me hice otro tatuaje, no te lo mostré porque quería que fuera una sorpresa.

—¿Enserio? ¿Qué cosa? Pregunté animada, cuando estaba a su lado me sentía como una niña pequeña, di un par de saltitos de emoción y admiré la sonrisa en su rostro—Tu inicial.

𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 || Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora