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Un carro volcado, gritos, un par de ambulancias y yo principalmente dentro de una, con un par de raspones en el rostro, un brazo ensangrentado, extrañamente la sangre no era mía, no tenía ni una puta idea de donde estaba Félix, me levanté de la superficie cruda donde estaba sentada y caminé desorientada hacia la camioneta conocida, aparentemente estaba dada vuelta por completo.

—¿Está bien señorita? Este se volvió borroso, pestañee para aclarar mi vista y a mi lado había un chico, jamás lo había visto pero tenía un uniforme rojo con plateado y pantalones del mismo estilo, puso una mano sobre mi espalda viéndose aún más calmante que antes, asentí—Félix. Murmuré, apuntó con la mano hacia una ambulancia cercana, caminé con los brazos cruzados y una toalla envolviéndome.

Félix estaba ahí, sentado en una superficie que simulaba un asiento, con una mano sobre la camilla frente a él y la frente apoyada en las agarraderas, caminé hacia el, tenía un par de cortadas en el rostro y brazos por lo que podía ver, pero estaba bien, eso era todo lo que importaba.

Pise lentamente y mis zapatos deportivos blancos algo sucios chocaban contra el pavimento húmedo, subí a la ambulancia y me senté a su lado, el volteo hacia mi y me regaló una sonrisa torcida—Despierta.

Me sobre salte y sentí un nudo en el estómago, estaba en el auto de camino al aeropuerto donde nos íbamos a encontrar con Ronaldo, Ethan y Jake.

—¿Estás bien? Preguntó Félix acariciando mi mano con el pulgar, mis uñas estaban clavadas en su mano, solté mi agarre y puse mi mano sobre mis muslos, fruncí el ceño y suspiré aliviada.

—Si.—Bueno... hablo tratando de no demostrar el tono incrédulo en su voz y clavó su mirada en la mía, mi garganta dolía.

—Entonces, ya vamos a llegar.

—¿Estás seguro que de va a funcionar?—Créeme, hacia eso con mis padres, no puede no funcionar con Ronny. Dijo, asentí. Félix planeaba llevarme arrastrando al aeropuerto y obligar a Ronaldo a llevarme en el avión, estaba cien por ciento segura de que no iba a funcionar del todo.

Félix dio una palmada leve en mi muslo llamando mi atención por completo, me sobre salté y sonreí obligadamente—Llegamos, agarra tus cosas. Dijo como una orden que no termino de serlo, abrí la puerta y me bajé, caminé a la cajuela y Félix bajó la maleta, me agarré a ella con todas mis fuerzas, y mentalicé todos y cada uno de los detalles de el lugar, era una pista para aviones privados, nada muy fuera de lo común.

Un recuerdo vago me invadió nuevamente de aquel sueño de mierda y solté un suspiro aún más cansado.

Felix agarró mi mano y me llevó hacia la entrada donde Ronaldo estaba parado, cruzado de brazos y con la vista en el suelo, cuando me vio detrás de él lo vi girar los ojos, me tensé.

Me aferré a su mano y aquel plantó sus pies frente a Ronaldo, mi mano estaba aferrada al mango de la maleta y mis piernas temblaban, no lo veía desde hace mucho y la última vez que lo hice el estaba en el suelo y con la nariz sangrante.

—Tú pagarás sus cosas, Francisco. Cedió rápidamente, sorprendentemente.

—Está bien. Dijo sonriente, reprimí una sonrisa emocionada hasta que este se dio la vuelta para subir las escaleras al avión, voltee rápidamente a Félix y lo abracé con todas mis fuerzas, no pude soltar un grito de emoción porque mi garganta no me lo permitió, llevaba un par de días enferma por el cambio inesperado de clima entre San Francisco, LA y Florencia, volvimos un par de días solo para que Félix visitara a su mamá y así tuviera un par de juntas con Ethan, Jake y Ronny para resolver ciertos temas para canciones. Claramente yo no fui a ninguna y compre maquillaje en todos y cada uno de los centros comerciales de Florencia.

𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 || Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora