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El traje de baño rojo que me llegaba a las caderas dejaba ver mi tatuaje de el mismo color en el abdomen bajo, no dejaba mucho a la imaginación, únicamente mis senos y partes íntimas, nada muy extraño,  los brazos de Félix envolvieron mi cintura y sus labios se unieron a los míos—Te ves hermosa. Dijo, sonreí, realmente me había visto al espejo, siendo sincera me veía bastante bien.

—Tu tampoco te ves tan mal. Respondí y acaricié su pecho desnudo, uní nuestros labios nuevamente y cuando me separé de ellos el me dirigió una sonrisa maliciosa, pensé en cualquier otra cosa menos que me empujaría a la piscina arruinando el planchado perfecto de mi cabello.

—¡Maldito! Exclamé cuando pude salir de el agua, me agarré de sus hombros aferrándome a él y empezamos a reír como idiotas—¡Mi cabello! Golpee su hombro un par de veces hasta que agarró mi muñeca y besó mis labios con dulzura.

Ahora simplemente parecía un pollo remojado.

—El clima es perfecto para tomar una cerveza fría. Dijo, puse los ojos en blanco internamente cuando vi a su hermano acercarse, no me caía mal pero para ser sincera estar a su lado con bikini no me parecía una buena idea. Félix se acercó más a mi cubriendo mi cuerpo a la vista de aquel y besó mis labios ignorándolo por completo—¿Félix irías por una cerveza para mí? Preguntó interesado, el rio sarcástico—Tienes pies, ve tu. Terminó, el bufó—Si yo fuera tú tampoco dejaría a mi novia sola y sin mucha ropa—Solo cállate y lárgate. La madre de Félix salió al patio por la puerta trasera y puso una mano sobre el hombro de Sebastián—Hijo, déjalos en paz y ve tú por tus cosas. Ordenó, reí internamente y cuando este se fue echando pestes salí de el agua y me senté en la orilla, la señora extendió una toalla seca hacia mi y envolví mi espalda con ella—Gracias. Dije con una sonrisa, asintió y se sentó en una de las camillas cerca de el área, Félix se paró entre mis piernas y acarició mis muslos a espaldas de aquella, mordí mis labios inevitablemente y acaricié una de sus mejillas, me encorvé para besar sus labios y abrí mis piernas aún más para darle alcance a mi rostro.

El mordió mi labio inferior atrayéndolo hacia los suyos y mis manos envolvieron su cuello como de costumbre.

Después sentí como un litro de agua me salpicaba por alguien aventándose a ella, vi salir a aquella persona idéntica a Félix de el agua y me observó como si estuviera desnuda, lo vi de mala manera y aferré mis piernas al pelinegro frente a mi—Debí de comprar alguna casa con piscina. Dijo Félix, sonreí—¿Por? Pregunté siguiendo su juego.

—Porque me encantaría follarte en ella. Sonreí y lo atraje hacia mi—A mi también me encantaría que me follaras en una. Musite a su oído, aquel pasó sus manos por mi espalda y estrujó mi trasero—¿Te encantaría que? Preguntó nuevamente—Que me folles hasta que no pueda mantenerme de pie. Respondí, el rio y se separó de mi para sumergirse en el agua.

—Félix, ¿Me llevarías a Los Ángeles? Preguntó, el mencionado frunció el ceño curioso.

—¿Para que?

—Para conseguir a alguien igual de linda. Hablo sin algún tipo de tacto—Mientras dejes en paz a mi novia puedo hacerlo. Respondió con completa seriedad—Sam, preséntame a una amiga. Por un momento pensé en Abril, voltee a ver a Félix con una sonrisa y el literalmente leyó mis pensamientos—De hecho... Hay alguien que sería una buena candidata pero, creo que eres muy idiota para ella. Dijo, a Sebastián le brillaron los ojos como si le hubieran dicho que había ganado la lotería y se aferro a sus hombros—Habla. Ordenó, Félix rio—Sam, ¿le mandarías mensaje a Abril? Asentí y busqué su contacto rápidamente.

La llamé sin importar mucho y al instante respondió.

¿Cómo te va en tu viaje de lujo? Reí divertida—Alguien quiere conocerte. Dije, ella guardó silencio—¿Es guapo? Voltee hacia aquel que me veía fulminantemente, probablemente viendo mis senos como un completo idiota, me encogí de hombros—Es el hermano de Félix. Respondí, ella silencio su micrófono por un momento—¿Cuántos años tiene? Preguntó con interés en la voz, me carcajee intérname—¿Cuántos años tienes? Pregunté—Veintisiete. Respondió, repetí la cifra y ella gritó—Okey. Dijo con absoluta calma en la voz, reí y por un momento empecé a sentirme como cupido pero en femenino.

𝐅𝐨𝐫𝐛𝐢𝐝𝐝𝐞𝐧 || Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora