Derivado de los escándalos mediáticos que rodean a su padre, una joven cantante emergente del pop cede ante la presión de aceptar un equipo de agentes de seguridad que, desde su corta edad, debía evadir para tener intrépidas noches de excesos.
Sin...
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Desperté temprano pese a que dormí pocas horas, Patrick puede ser muy obsesivo cuando se trata de juegos de guerra, terminé de preparar el protocolo de seguridad de Cisne para la firma de autógrafos, podríamos tener problemas con esos fans obsesivos que quieren tocarla o matarla.
Estábamos cerca de la hora de partida cuando me encontré a Atenas volviendo a su recámara.
—¿No vas por ella?
—¿Podrías ir? Mi pantalón se rompió, no puedo ir así.
—¿De dónde se rompió?
—No voy a mostrarte Tokyo, ve por la VIP nos vemos en la camioneta, me cambiaré de prisa.
Rodé los ojos, se supone que debo estar lo más lejos de ella que se pueda y los pantalones de mi agente conspiran en mi contra. Suspiré antes de ir a la segunda planta y llamar a su puerta, anunció que podía entrar dado que la puerta estaba abierta.
—Buenos días, tenemos que salir en cinco minutos antes de que el tráfico nos retrase, Río fue en busca de Mariposa y Kiev de Polar, llegarán al set, tendrá cuatro horas para terminar el videoclip y podamos ir a la plaza para la firma de autógrafos, mientras termina el video, me coordinaré con la seguridad del lugar y fijar algunas condiciones, cancelé el pedido de algunos alimentos que requirió, comerá lo que yo le proporcione y beberá de botellas cerradas previa revisión ¿Alguna duda? —le dije todo esto sin mirarla, no me apetece pese a que luce espectacular esta mañana—, ah, Karen mencionó algo sobre su estilista que llegó de París anoche ¿Nos vamos?
—Todavía no nos podemos ir —dijo revolviendo su caja de joyas—, no puedo encontrar el anillo que me regaló mi madre.
—Si salimos más tarde, no llegará a tiempo a la plaza, pero usted manda, Atenas vendrá en un momento.
—No me iré sin ese anillo, siempre lo uso cuando hago este tipo de eventos —ni siquiera me miraba al hablar, estaba revolviendo todo su escritorio.
—Pues llegaremos tarde, prepárese para ello.
—Pues que así sea —continuo buscando por todos lados —¿Dónde carajos lo dejaste Vanessa?
—Le diré a Atenas que venga a ayudarle a buscarlo.
—Haz lo que tengas que hacer, pero sino me vas a ayudar por favor déjame seguir buscando.
—No te estoy diciendo nada, haz lo que quieras, llegaremos tarde y ya.
—Pues que así sea —entró a su armario, solo podía escuchar como algunas cosas caían, después volvió a salir, parecía aún más estresada—, maldita sea.
—Atenas ¿Puedes venir a la recámara de Cisne por favor? Necesito organizar otras cosas.
—¿Podrías dejar de llamar a Atenas y ayudarme a buscar mi anillo? Es chiquito, con una piedrita azul en medio.
