CAPÍTULO XXXII "¿PESADILLA O REALIDAD?"

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Acudí al hospital porque la molestia se me había ido de las manos, tuve que mentirle a Río para que me cubriera con Vanessa y después de unos exhaustivos análisis, el médico volvió al consultorio

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Acudí al hospital porque la molestia se me había ido de las manos, tuve que mentirle a Río para que me cubriera con Vanessa y después de unos exhaustivos análisis, el médico volvió al consultorio.

—Teniente, creo que no es necesario que le comente que su estado es demasiado serio.

—Doc, la guerra acaba con tu vida, mueras o no, no puedo ceder a esto, no puedo dejar lo que amo hacer, me costó demasiado aceptar que no podría ponerme un uniforme otra vez, he tenido suficiente.

—Te daré medicamento más fuerte para el dolor.

—No quiero consumir opioides.

—Si no lo haces, podría darte un infarto, el dolor se volverá más y más insoportable, si viniste es porque te sientes lo suficientemente mal como para tolerarlo, los períodos de parálisis serán más prolongados por la inflamación, es decir, un día no volverás a sentir las piernas, tu columna no es la misma de antes y no volverá a serlo, necesitas descansar y someterte a otra cirugía.

—No puedo parar, no ahora.

—Si no te detienes por voluntad, tu cuerpo lo hará cuando quedes paralizado de nuevo, tu hombro está sanando muy bien y supongo que no es porque te cuides, sino por esa artista ¿Verdad? Ella te quiere, se le nota cuando te mira, no la lastimes solo por vivir cinco minutos de héroe que ya tuviste.

Me ofreció el medicamento, suspiré cuando noté que se trataba de Vicodin, maldita sea, soy un desastre.

Me apoyó a ponerme el cabestrillo en el hombro y volví al set de los ensayos lo más rápido que pude, Vanessa notó que no estaba, así que esperaba sentada frente a la entrada, suspiré, maldita sea.

—¿Quieres pasar de Cisne a Cuervo? Te broncearás ¿Qué pasa?

—¿A dónde fuiste, Tokyo? Te he estado buscando.

—Olvidé mi cita médica, fui corriendo y así volví, mi hombro está muy bien y puedo comenzar las rehabilitaciones pesadas, todo gracias a mi querida jefa que me ha cuidado como si fuese su mascota —miré a los lados—, porque somos pareja —, susurré.

—Solo te cuido como tú lo haces conmigo ¿Seguro que está todo bien?

—Sí, el doctor fue muy exhaustivo en su revisión, dice que no quiere que vayas a molestarte si no cuida bien de mí, se ha dado cuenta que te gusto —me incliné—, oye, Cisne, te amo.

—No me puedes decir eso ahorita —se sonrojó—, te amo también.

—¿Ves? Todo el mundo se dará cuenta a éste paso, tienes que seguir entrenando hasta que no muestres emoción alguna.

—Eso será imposible, pero lo seguiré intentando.

—Te seguiré sorprendiendo —me quité el cabestrillo, estiré mi brazo, fue un poco doloroso, pero no como antes—, perdería una lucha de fuerzas contra Mariposa aún si estuviera dormida.

"𝑰 𝑾𝒂𝒏𝒏𝒂 𝑹𝒖𝒏 𝑻𝒐 𝒀𝒐𝒖"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora