CAPÍTULO XXVIII "BAILE DE MÁSCARAS"

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Jugaba con la mano de Tokyo mientras ambos estábamos recostados en mi cama

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Jugaba con la mano de Tokyo mientras ambos estábamos recostados en mi cama. Las luces apagadas, todo en silencio, solo los dos disfrutando de nuestra compañía.

El incidente de mi evento, nos había sacudido un poquito más de lo normal. Podía notar que algo no estaba bien, algo me lo decía, Tokyo no me está diciendo algo y por más que quiera preguntarle temo que sea mi imaginación engañándome y exagerando.

"No es la misma situación Vanessa", me repetía una y otra vez cada que comienzo a pensar en ello. Tokyo confía en mí, él me diría si algo va mal, lo sé, solo debo confiar más.

Entrelacé nuestras manos y sonreí, no sabía si él se había dormido o seguía despierto, pero igual sostuve su mano.

-Tokyo ¿Estás dormido? -murmure para no despertarlo en caso de que si lo estuviera.

-No, siendo franco, es muy incómodo estar recostado, el hombro me duele más por alguna razón y empeora si conservo el cabestrillo, por eso te pedí que te recostaras de éste lado, vamos a evitar mis lágrimas -susurró.

-¿Ya tomaste tu medicamento? También podríamos aplicar la crema que te dió el doctor.

-Tomé el medicamento, aún no hace efecto, no te preocupes ¿Por qué estás tan interesada en ponerme la crema? ¿Me quieres tocar? Ah, quién te viera.

-Admitiré que si me gusta tocarte pero también es porque me preocupo por ti -me apresuro a añadir lo último antes que Tokyo pensará otra cosa.

-Mi mente solo recibió el mensaje con relación a que apeteces y gustas de tocarme.

-Oye también me preocupo por ti ¿Eso no cuenta?

-Yo no dije eso, claro que importa -suspiró-, antes sanaba tan rápido cuando me lastimaba, y ahora siento que he envejecido veinte años.

-También debes de tener en cuenta que tu cuerpo ha pasado por muchas cosas estos días.

-Aún así, no debería sentirme como un anciano -pausa-, tu cama es muy cómoda, Cisne, me gusta.

-Gracias, siempre puedes venir cuando quieras, mi puerta siempre está abierta para tí -continúe jugando con sus dedos porque estaba nerviosa, tengo una pregunta atorada en la garganta pero no sé si él acepte.

-Duerme ya y ponle seguro a tu puerta, no quiero que tu padre entre y me encuentre haciendo bien mi trabajo con su pequeña, me levantaría yo, pero me va a costar demasiado, sé buena niña y ve tú ¿Sí?

Me levanté y cerré la puerta con seguro, creí que ya lo había hecho, parece que no, regresé a la cama y me acomodé de tal modo que mi cabeza terminó recostada en su pecho.

-Tokyo...¿Antes de dormir puedo hacerte una pregunta? -susurré.

-No voy a dejar de trabajar, hoy tuve éxito.

"𝑰 𝑾𝒂𝒏𝒏𝒂 𝑹𝒖𝒏 𝑻𝒐 𝒀𝒐𝒖"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora