CAPÍTULO I "MEDALLA DE HONOR"

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BASE EQUIPO SEAL TRES - CORONADO,SAN DIEGO, CALIFORNIA

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BASE EQUIPO SEAL TRES - CORONADO,
SAN DIEGO, CALIFORNIA.

Después de la retirada de las fuerzas armadas de Afganistán, podría decirse que la guerra había terminado, pero nada estaba más lejos de la realidad.

Cuando cortas la cabeza de un ente tan peligroso como la resistencia del oriente medio, descubres que solo han salido algunas otras más, no tan poderosas como la que se cortó en un principio, pero sí igual de peligrosas.

El Equipo Seal Tres al que pertenecí vivió en carne propia lo costoso que puede resultar subestimar al enemigo, solo tres logramos sobrevivir de aquella terrible noche, los tres con secuelas físicas y emocionales irreversibles.

Tan es así que fui el único que pudo rendir la prueba a efecto de volver. Mi padre murió en la guerra de Afganistán en dos mil uno y desde que era un niño, deseé servir a este país pese a las advertencias de mi madre, fue muy certera al decir que si quería ser un soldado, no podía ser su hijo.

-¿Teniente? -salí de mis pensamientos cuando me llamaron.

-Sí.

-Por aquí por favor -no sabía qué pensar de los resultados de la prueba, pero me encontraba nervioso, sin embargo era difícil saberlo, mi entrenamiento era abundante en todo tipo de ramas.

Entré al consultorio, tomé asiento mientras el médico revisaba los resultados.

-¿Teniente Segundo?

-Sí señor.

-Muy talentoso supongo -dijo mientras seguía leyendo, se levantó y encendió una tipo pizarra que iluminó las radiografías de lo que debe ser mi espalda- ¿Ves esto aquí?

-Solo veo blancos y negros, señor.

-Bueno, si esto se ve comprometido otra vez, no volverás a caminar ¿Sabes lo que eso significa?

-Quiero hacerlo.

-Lo sé, sé que quieres hacerlo, por eso estás aquí, pero sabes que no puedo mentir, si algo pasa...

-No volverá a pasar, solo...

-No voy a mentir y mandarte a morir, considera ir en tus dos piernas ahora un milagro y mi acta de rechazo como un mensaje de Dios.

-Volví porque necesito hacer esto.

-No puedes hacerlo más, será demasiada suerte si sobrevives de nueva cuenta, tu cuerpo necesita un descanso permanente.

-No, espere...

-Teniente, me apena decirle esto -tomó asiento-, cumpliste con tu trabajo, ahora vive bien, porque como bien sabes, tus compañeros no tuvieron la oportunidad de hacerlo.

-Tal vez debí morir también.

-Bueno, como el ser agradecido no es lo tuyo, puedo adelantarte que mi acta de rechazo es lo único que puedo ofrecerte.

"𝑰 𝑾𝒂𝒏𝒏𝒂 𝑹𝒖𝒏 𝑻𝒐 𝒀𝒐𝒖"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora