Derivado de los escándalos mediáticos que rodean a su padre, una joven cantante emergente del pop cede ante la presión de aceptar un equipo de agentes de seguridad que, desde su corta edad, debía evadir para tener intrépidas noches de excesos.
Sin...
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Me alejé de Patrick para acercarme a la recepcionista, la cual me recibió con una sonrisa.
—Buenas noches ¿Cuál es su nombre?
—Kathleen Waterloo, pero la mesa debería estar a nombre de Patrick Hessler.
—¿Vanity Cosmetics? —asentí— estarán en la mesa dieciocho.
—Muchas gracias.
Me alejé y comencé a buscar a Patrick, pero no lo veía por ningún lado, dudo haya olvidado que venimos juntos. Marqué su número sin tener respuesta, volví a intentarlo mientras lo seguía buscando pero en ninguna de las dos tuve éxito.
Por alguna razón comencé a sentir algo raro en el pecho, no era simple preocupación, pero no sabría identificarlo.
Salí al patio, el jardín es muy hermoso y grande, se nota el esmero que esta fiesta tiene.
—Patrick —llamé en voz alta, más no tuve respuesta —, señor Hessler —sin respuesta— ¿Dónde se metió este hombre?
A lo lejos pude identificar una silla y algo en el suelo. Mi pulso se disparó.
—No, no, no —corrí e identifique a Patrick, estaba en el suelo respirando de manera extraña.
Lo sostuve y con sumo cuidado le quité la corbata por completo.
¿Qué hago?
—Patrick ¿Me escuchas?
Me miraba fijamente, con desespero.
—Ataque —balbuceó entre jadeos.
—Tranquilo, respira hondo —tomé su mano y la puse en mi pecho—, respira conmigo, despacio.
Su inútil intento por respirar me preocupó a tal grado que quise gritar y pedir ayuda, pero cuando quise alejarme, me sujetó tan firme de la mano que no me atreví a dejarle solo.
Incluso, debido al esfuerzo o la misma desesperación, sus ojos brillaban demasiado y ya había algunas lágrimas sobre sus mejillas.
Necesitamos ayuda.
—No me dejes —volvió a sostenerme con firmeza—, lo lograré solo si te quedas.
—No estás bien Patrick, debo ir por ayuda.
—No —se sentó en el césped—, fue un ataque de pánico, es todo.
—¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué estás aquí afuera? —me quedé cerca de él, tenía miedo que se lastimara.
—Hace dos años, cuando fue el accidente… desperté después de algún tiempo, ni siquiera recuerdo si fueron días o semanas, cuando desperté, Samantha estaba ahí, de alguna manera pensé, es bueno que no haya muerto ¿Verdad? Ella no tenía que lidiar con eso —tragó saliva—, pero lo único que hizo fue reclamar todo lo que pasó y al final me dijo que no podía con la situación, que ella se había enamorado de mí porque era un ser muy libre y que no podría detenerse, por lo que prefería sacarme de su vida que esperar a que yo fuese a su ritmo, dijo muchas cosas, la odié tanto en ese momento —suspiró—, está adentro y lo primero que pensé al verla fue en eso, en ese preciso instante en el que destruyó mi fe en todo, lo siento, Kathleen, no tendrías que pasar por esto, no es parte de tu trabajo, de verdad, justo ahora estoy demasiado avergonzado como para mirarte a la cara.
