Derivado de los escándalos mediáticos que rodean a su padre, una joven cantante emergente del pop cede ante la presión de aceptar un equipo de agentes de seguridad que, desde su corta edad, debía evadir para tener intrépidas noches de excesos.
Sin...
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HORAS ANTES DE LA PLÁTICA ENTRE TOKYO Y PATRICK
Miré como Tokyo se fue a su habitación y por alguna razón sentía un enojo inexplicable en éste momento. No sabría decir qué fue lo que desató mi enojo, solo sé que por el momento será mejor que Tokyo esté fuera de mi radar.
—Te estás volviendo loca Vanessa —me frotó la frente.
No debería ni siquiera sentir coraje por lo que Miranda dijo, pero igual estoy molesta. Me debería de dar igual si lo cambian de equipo o lo despiden, los guardaespaldas vienen y van... desafortunadamente.
Estaba por entrar a mi habitación, pero la puerta del cuarto de mi hermano estaba abierta y después de lo que pasó ayer, estoy segura que va a querer saber si estoy bien. Así que toqué y después asome la cabeza, Pat estaba haciendo algo en su portátil y por ninguna razón despegaba la mirada de lo que sea que estaba haciendo.
—Pat —le llamo pero no me presta atención—, tierra llamando a Patrick Hessler —me rió.
—¿Me das una mano? No me puedo sentar ¿Cómo estás?
—Claro —le ayudó a sentarse mejor, evitando lastimar más mi muñeca— ¿Mejor?
—Gracias, no he salido de la cama, papá no me permitió ir a verte, lo siento.
—No te preocupes, no era seguro que estuvieras ahí —me senté a un lado de él y recargue mi cabeza en su hombro—. Había demasiados paparazzi, mucha gente empujándose y no respetaban el espacio vital. Aparte no era gran cosa, solo un leve esguince en el cuello y muñeca y una leve contusión, nada grave.
—¿Tokyo estaba distraído? Creo que está en problemas.
—No sé ni siquiera dónde estaba pero ya lo resolveremos.
—Miranda le dijo a papá que no podías continuar así, le pidió que le transfiera a Tokyo, supongo que Oslo ya la aburrió.
—Que se joda, Tokyo se queda en mi equipo y punto.
—¿Vas a defenderlo? Esto es nuevo.
—No empieces tú también, si lo defiendo es porque Tokyo es el más competente de todos esos guardaespaldas inútiles.
—Sigue siendo raro, a los últimos seis los hiciste despedir por menos, supongo que él tiene algo que te agrada.
—Es el único al que realmente le importa su trabajo y punto.
—Está bien, fingiré que te creo —hizo gestos, al parecer tiene molestias—, deberías descansar o prefieres contarme cómo es que te salvó.
—Mejor durmamos, después te cuento que paso cuando yo misma entienda cómo lo hizo.
—Debió ser muy sencillo para él ¿Qué fue lo que hizo?
—Lo golpeó, pero no como una persona normal, sino como alguien que está súper furioso.
