Derivado de los escándalos mediáticos que rodean a su padre, una joven cantante emergente del pop cede ante la presión de aceptar un equipo de agentes de seguridad que, desde su corta edad, debía evadir para tener intrépidas noches de excesos.
Sin...
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Miraba la tableta de Jade dónde me mostraba diferentes atuendos para las modelos de Vanity Cosmetics, mientras que Tokyo manejaba con Río de copiloto.
Había aceptado venir a la empresa para discutir algo referente al nuevo producto. Patrick ya había contratado a la modelo que será el rostro de esta campaña, sin embargo no tengo el gusto de conocerla.
—Esté atuendo me gusta pero no me convencen los zapatos —le señaló a mi amiga.
—Los podríamos cambiar por unas botas marrones o —saco algo de su bolso y yo solo miraba con asombró—, Patrick me comentó que incluirán rosa en la paleta, así que puedo buscar algunas botas marrones con toques de rosa.
Ella comenzó a dibujar en la tableta.
—¿Cargas esa carpeta a todos lados? —asintió— no sé cómo lo haces.
—Te acostumbras.
Ella se sumergió en sus diseños mientras yo intercambiaba mensajes con Karen, la pobre está estresada por pequeñas razones que tiene arreglo.
—¿Falta mucho para llegar? —le pregunté a Tokyo.
—Estamos a tres minutos, tranquila.
—Vamos con tiempo —dijo Jade sin levantar la vista.
—No quiero dar una mala impresión con la nueva modelo.
—Patrick ya se encargó de ello, te lo aseguro.
—¿A qué te refieres?
—Cosas de hombres, llegamos.
Entramos a la empresa, saludé amablemente mientras mis empleados miraban a Tokyo y a Río, yo me sentía la más diva del universo.
—Kiev ¿Situación? —al parecer Tokyo y Kiev tenían una conversación por el intercomunicador, Tokyo es tan sexy cuando se pone tan serio.
—Cuanta seriedad —Jade y yo reímos mientras nos subíamos al elevador.
Tokyo y Río se mantenían al frente de nosotras, los dos portando una seriedad indestructible. Cuando las puertas se abrieron en el último piso, nos dejaron pasar y llegué hasta la secretaria de Patrick.
—Hola ¿Dónde está el señor Hessler?
—Hola señorita Hessler, el señor está en la sala de juntas ¿La llevo?
—Gracias, no hace falta, sé dónde está.
Llegamos a la sala, Río abrió la puerta y las dos entramos.
—Buenas tardes —sonreí para Patrick y la que asumo es la nueva modelo.
—Vanessa, buen día, ella es Kathleen, Kathleen, ella es Vanessa Hessler, mi hermana melliza, para recalcar.
—Señorita Hessler, es un placer conocerla, Kathleen Waterloo, será un gusto trabajar con usted.
—Más que conmigo y eso que soy el que firmó su contrato —refirió Patrick con un poco de sarcasmo.
