13. ¿Amistad o amor?

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En la penumbra de su habitación, Kurt, con un ceño fruncido, observaba la pantalla de su celular, preocupado por la ausencia de Yukishiro en la escuela el día anterior. Sin obtener respuesta a sus mensajes, suspiró resignado, cuando una notificación de su amigo Erick rompió la monotonía.

Deslizándose en su abrigo, Kurt descendió las escaleras, despidiéndose de su madre antes de emprender el camino hacia el apartamento de Erick. Mientras ascendía al tercer piso, la incertidumbre se reflejaba en sus ojos.

Al tocar la puerta, fue recibido por la sonrisa acogedora de Erick, un joven de diecisiete años con una presencia física imponente. La fragancia de lavanda lo envolvió al entrar, creando un contraste con el aura de preocupación que llevaba consigo.

—Pasa —invitó Erick, sonriendo de oreja a oreja.

El apartamento se llenó de risas cuando Kurt se acomodó, notando la expresión cómica de su amigo.

—¿Qué tal? ¿Cómo se siente ser independiente? —preguntó Kurt, sonriendo.

—Es... diferente. Demasiado diferente a convivir con mis nueve hermanos, definitivamente —Suspiró, recostandose contra el sofá de cuero.

—Siento envidia. No sabes lo que daría por vivir solo.

—¿Siquiera sabes cocinar? —Se burló Erick.

—Oye... —masculló—. Solo tengo que casarme con alguien que sepa.

—¿Y ya tienes a alguien en mente?

—No, por ahora —resopló, rascando su nuca.

—¿Aún no superas a tu ex? —inquirió, reclinándose hacia adelante.

—Idiota, no menciones eso —espetó, sacando el dedo del medio—. Ya superé a esa bruja.

—Me alegro, bro —dijo, revolviendo el cabello de Kurt, quien apartó su mano de golpe.

—Ah, hablando de esa bruja —mencionó, visiblemente incómodo—. Me llamó. Dice que quiere verme.

—Ni siquiera lo pienses.

—No te preocupes, la rechacé.

—Ella está demasiado obsesionada contigo. Está loca —resopló.

—Ah, sí. No sé cómo nunca me di cuenta —Suspiró.

—Bien, ¿qué dices de ir a bailar? Para olvidar las penas y eso —dijo, sonriendo.

—Debería. Hace tiempo que no vamos.

—Sí, te he extrañado, amigo. La escuela se siente solitaria sin ti —Erick se puso de pie y de repente lo abrazó.

—¡Suéltame, maldito! —Intentó apartarse.

—Cobarde —espetó, separándose de él.

Kurt suspiró, acomodando su abrigo mientras fruncía el ceño.

—Y dime, ¿has hecho amigos? Es que no respondes mis mensajes ni mis llamadas, maldito —masculló, apretando sus puños.

—Sí, un amigo, bueno, dos, ¿tres? No sé —dijo, peinando su cabello hacia atrás.

—Vaya, ya me reemplazaste —mencionó con fingida expresión dolida.

—Jamás, eres mi único bro —dijo, sonriendo.

—Así me gusta —sonrió de vuelta—. Y bueno, ¿por qué no invitas a tus nuevos amigos al club?

—Debería. Les enviaré un mensaje ahora mismo —dijo, sacando el celular de su bolsillo. En ese momento, recordó que Yukishiro no había respondido y una sombra de preocupación cruzó su rostro.

Incurable ScarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora