14. Gustar.

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El aula resonaba con el murmullo constante de los estudiantes, creando una atmósfera monótona y familiar. Las sillas chirriaban mientras los alumnos se acomodaban, sumergidos en sus propios pensamientos o conversaciones animadas.

June entró al aula con paso firme, su bolso colgando de su hombro mientras buscaba un pupitre vacío donde dejarlo. Una vez ubicada, se acercó a Kurt, desviando la mirada momentáneamente antes de suspirar.

—Kurt, ¿hablaste con Yuki? —preguntó, tragando saliva con dificultad.

Los recuerdos la atormentaban, imágenes imborrables de lo que había presenciado. La visión de su crush besando a alguien más, a su amigo, la dejó completamente paralizada. No había tenido la oportunidad de confesar sus sentimientos y ya sentía que le habían destrozado el corazón, pero lo único que importaba era Yukishiro.

—No, estuve ocupado —respondió Kurt, tamborileando sus dedos sobre la mesa, con la mirada perdida en el vacío.

June frunció el ceño, cruzando los brazos sobre su pecho en un gesto de determinación.

—Bueno, pues desocupate un momento y habla con él. No dejes las cosas así, podrías arrepentirte —aconsejó, su voz cargada de preocupación.

—¿De qué podría arrepentirme? —suspiró Kurt, tratando de mantener una apariencia de indiferencia, aunque el tono de su voz delataba su inseguridad—. Solo le pediré disculpas.

June le miró fijamente, notando la lucha interna que se libraba en los ojos de su amigo.

—Ya verás —dijo, aclarándose la garganta antes de continuar—. ¿Pero por qué? ¿Acaso hiciste algo malo?

—Sí, él es mi amigo, nada más que eso —respondió Kurt, su voz vacilante revelando su verdadera preocupación—. Nada más que eso.

June asintió con comprensión, su mirada llena de empatía.

—Él te gusta —susurró en un tono apenas audible que llegó a los oídos de Kurt—. Lo sé.

—N-No, yo... —balbuceó Kurt, su intento de negación interrumpido por la entrada repentina de Yukishiro.

El chico entró en el aula con la cabeza gacha, una expresión de tristeza adornando su rostro. Kurt notó con ansiedad que llevaba un abrigo cuello de tortuga debajo de su blazer, lo cual le pareció sospechoso.

—Te preocupas por él más que nadie. Deberías ser sincero contigo y con él —concluyó June antes de regresar a su asiento.

La maestra Smith entró al aula con paso firme, desencadenando un coro de suspiros pesados por parte de los estudiantes, quienes intuyeron que les esperaba una clase desafiante al verla sonreír. Con meticulosidad, la señorita Smith limpió la pizarra, borrando los dibujos que adornaban su superficie, y se acomodó en su asiento frente a la clase.

—Bien, ¿qué grupo quiere ser el primero en hacer su presentación? —inquirió, ajustándose las gafas con gesto profesional.

Un silencio tenso llenó el aula mientras los estudiantes intercambiaban miradas nerviosas. La maestra Smith sonrió, observando a Yukishiro, quien parecía absorto en sus propios pensamientos.

—Copper, ven al frente con tu grupo —indicó en voz alta.

Yukishiro abrió los ojos sorprendido y miró a sus amigos con una expresión de duda. Antes de que pudiera reaccionar, Kurt tomó su muñeca y lo condujo hacia el frente del aula.

—¡Maricas! —exclamó Henry con una sonrisa burlona.

Yukishiro retiró su muñeca bruscamente, retrocediendo un paso. Sin embargo, el comentario de Henry fue recibido con un silencio incómodo, ningún estudiante se unió a su risa. Henry bajó la cabeza, sintiendo la vergüenza en su pecho mientras apretaba los dientes.

Incurable ScarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora