Porque los dos tenemos cuerpo
tú, para existir,
y el mío entero para amarte.
'La figura oscura se alzó ante las tres como un mal presagio, Yinta se echó hacia atrás y Yiere la cubrió con sus dos brazos derechos, sin moverse del sitio, con los ojos pequeños y oscuros clavados como dagas en la sombra que era aquella hormiga , esperando un ataque inminente.
Pero Yitlo no se dejó atrapar por el miedo, y dio un paso firme hacia adelante, extendiendo sus cuatro brazos en el aire y gesticulando con cuidado la siguiente frase;
"Reina de los nadie, te pedimos ayuda."
'Yitlo, Yinta, Yiere y la Reina de los Nadie.
—Insectophobia.—'