A las espinas de una Rosa.

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Y las rosas no solo son espinas, una vez te dije . Pero tus espinas, mi rosa, ya han destrozado demasiado de este cuerpo.  De esta vida. De este alma. Y con esto te dedico un "Te echaré de menos ", un "Te seguiré queriendo"; Pero sobretodo un  "Suerte, Rosa mía. Quiérete como yo te quise, y yo me amaré como nunca debí amarte."


'Y todo se quedó en el olvido.  Las quejas.  También el miedo, y solo quedó el amor intenso en el fondo de sus almas, llenando el resto de su corazón con nuevas esperanzas.

— Teira. Libro Primero (Cronológicamente).—'

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