Quien cuenta en poesía sus sueños
ama el tiempo desbordado,
desbordado entre las manos candentes
de un niño, pincel en mano,
con el que pintará cuadros,
de tus sueños más amados .
' — Teme a quien no retiró su mano del fuego, aún sabiendo que no estaba en lo correcto.
— ¿Por qué?.— Pregunté.
— Porque esa gente es capaz de dar su alma para ver el mundo ardiendo.— Respondió mi Tío.
— Tham y Teira.—'