Corrí por la cocina. Habia una humadera de humo negro por toda la suite. Apagué el horno conforme llegué, dejando el ventilador enchufado. No lo abrí, por experiencia propia sabia que si lo habría podía quemarme. La primera tanda de galletas estaba perdida por culpa de Tyler. Ese que se estaba riendo apoyado en la isla de la cocina.
-Deja de reirte. - le señalé con un cuchillo.
-¿Bajamos a desayunar al restaurante? - dijo riendo. - seguro que la cocinera es mejor que tú.
-Yo soy la cocinera del restaurante. - le informé.
-Alguien irá por las mañanas.
-Va un pinche. Yo soy la que diseña la carta, los postres, los platos complicados. - le expliqué - tienes a la chef profesional aquí arriba, a si que cállate.
-Que buen partido eres. - se acercó a mí.
-Dejame, me has hecho perder galletas. - me quejé.
-Venga, vamos a hacer otra ronda. - se acercó más. - pero de galletas, no de besos.
Le pegué con el trapo con el que me estaba secando las manos. Él se reía sin parar. Aún asi, se manchó las manos conmigo para preparar la segunda tanda. Lana también ayudaba. Veía como Tyler la hacía reír poniendo la mezcla en los moldes. Yo abría la ventana de la cocina, para que terminara de irse todo el humo. Cuando vi que el horno no estaba tan caliente, lo abrí. Así salió todo el vapor que faltaba y saqué las galletas quemadas. Las tiré a la encimera cabreada, no me gustaba tirar comida.
-Venga, enfadica. - me abrazó por detrás - Con estas que vamos a hacer ahora hay suficiente.
Suspiré agusto en sus brazos. Solo con tenerlo abrazandome disipaba todo mi enfado. Penni nos acompaño a los minutos. Entre los cuatro preparamos la isla de la cocina y hicimos vasos de leche para sucar las galletas.
-Estan riquisimas Abi. - dijo Penni.
Lana asentia. Les agradecí con la mirada el cumplido. Les encantaba que les cocinara y a mi me encantaba hacerlo.
-¿Tu no tienes nada que decir? - miré a Tyler con los ojos entrecerrados.
-Le falta azúcar. - dijo mordiendo una.
Le acuse con la mirada. Seguía comiendo encantado, por lo que se notaba que le gustaban.
-Bueno pues dame, no comes más. - me levanté a quitarle la que tenía.
-Están deliciosas Lisa Simpson. - me sorprendió que volviese a llamarme así.
Habían pasado solo dos semanas desde esa broma, pero parecía que hubiese pasado hace años. Para mi, ya no era el chico que apareció de la nada y me perseguía.
-Mañana tengo que ir a trabajar a la ciudad. - dijo sacandome de mis pensamientos. - pero por la tarde iremos a controlar el río.
El río, se me había olvidado por completo. Supuse que no me daría más información sobre su trabajo, a si que simplemente asentí.
-Yo quiero ir al río Abi. - me pidió Lana.
-Podríamos ir a pasear con Jass esta tarde. - dijo Penni.
-Ay sí - asintió emocionada Lana. - ¿Podemos Abi? Por favor.
-Vale chicas, iremos. - cogí otra galleta. - pero que Jass venga o no depende de Tyler.
Las dos se giraron hacia el suso dicho para ponerle ojitos. Le miraban con pena, intentando engatusarlo. Él me miró a mi, haciendo que se lo pensaba.
-A jass le encanta el río. - informó haciendose el duro. - iremos entonces.
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Entre sueños y pesadillas
RomantikAbigail Jensen siempre se ha sentido atrapada como en una jaula. El maltrato constante de su padre hizo que dejara de brillar. Solo brilla cuando la ves cocinando o hablando del mundo, del rio de su pequeño pueblo. Eso hace que Tyler Smith llegue a...