Los Cambios Empiezan En Las Pequeñas Cosas

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Llegamos a la suite y como de costumbre, intenté llamar a mi madre. Era mi rutina diaria. Me sabía su buzón de voz de memoria.

-No puedo seguir así - pensé en alto.

-¿Que ocurre? - Tyler me miraba desde la isla de la cocina, poniendole hielo a una de las pequeñas en su mejilla.

¿Había llegado el momento de decirle que me iba? Ni si quiera habíamos terminado la cabaña, aún estaba a medio hacer. Al verle preocupado, decidí callar de nuevo. Necesitaba mas tiempo, tanto para explicarle que debía irme, como para convercerle de que lo hiciera conmigo.

-Mi madre sigue sin cogerme el teléfono - me sincere a mitad.

-No te preocupes.

-Si lo hago. ¿Que tanto puede pasarle para que no le coja el telefono a sus hijas?

-Abi, no la necesitas, tú puedes con todo.

-¿En serio? - vi como asentia - si pudiese con todo no habría hecho falta que te interpusieras entre mi padre y yo para que no me pegara.

-Abi..

-Si pudiese no tendría que estar viviendo contigo, moviendo tu rutina y metiendo trastos por todos lados.

-Ya te dije..

-Si pudiese con todo - volví a cortarle - no tendría que estar huyendo de mi padre, ignorando sus mensajes, por que le tengo miedo.

-Abi, para.

-¡No puedo! - exploté - ¡No puedo con nada!

Puse una mano en mi cabeza, saturada. Lo último en lo que se me pasaba por la cabeza es que podía, por que no era así. A veces no sabía por donde seguir. No conseguía encontrar una maldita solución. No conseguía salir de esa pesadilla. Era como el gusano que se muerde la puñetera cola.

-Oye - se acercó a mi, poniendo sus manos alrededor de mi cara - cálmate.

-Todo es un puto desastre, Tyler. - las palabras salían solas.

-No lo es, solo tienes que aceptar la ayuda que se te ofrece. - empezó a decir mientras sus pulgares acariciaban mi rostro - deja de pensar que estas aquí molestando, no es así.

-No pue..

-Deja - me corto él esa vez - que Shasa te ayude con la ropa, mudate del todo aquí, deja de pensar que es temporal.

-Tyler no..

-Y por favor, deja de comerte todo sola y cuando te estén amenazando cuéntamelo, así buscaremos una solución. Juntos.

-¿Me dejas hablar ya? - bromee.

-Si vas a ponerme más problemas, no.

-Tyler nos conocemos de un mes y me estas pidiendo que me mude contigo sin pensar que es temporal.

-Veo que los compromisos no te gustan.

-Ni si quiera nos conocemos del todo.

-¿Sabes que a veces la gente se va a vivir juntos y no pasa nada? Sobre todo universitarios. Las residencias están llenas de estudiantes desconocidos.

-Viven en habitaciones separas. - puntualice.

-¿Lo que te molesta es dormir en la misma cama? Lo siento pero ese es un privilegio que no pienso quitarme, me gusta dormir contigo.

-No es eso. - me reí. Mis mejillas ardían por esa frase.

-Seríamos como compañeros de piso.

-¿Ya no estamos juntos? ¿Me estás dejando? - bromee.

-No quieres vivir conmigo sin pensar que es temporal pero no quieres que te deje- me dio un beso en la nariz - Abigail vas a volverme loco.

Mi vida era así, caotica. Por lo que algo tenía que afectarme. Me encantaba vivir con él pero asegurarle que no sería temporal no podía, mi plan era irme.

-Nunca pensé en volver con mi padre.

-Eso lo tengo claro.

-Tendré que pedirle a Shasa que me ayude con lo que falte.

-¿La ropa? No te preocupes, yo te compro.

-No voy a dejar que me compres ropa - le di un pequeño beso en la boca, seguía sin soltarme la cabeza aunque sus manos pasaron a mi nuca - además somos tres.

Observe a las pequeñas, que se habían sentado en el sofá.

-Abi ya deberías saber que tengo suficiente dinero para las tres.

-Pues no, no lo se, te recuerdo que no quieres contarme nada sobre ese tema.

-Toda la razón, pequeña Lisa. - besó mis labios profundizando más.

Su lengua buscó la mia y yo dejé que la encontrara rápido. Me enredé en esos labios que en ese momento tan feliz me hacían. Tuve que parar cuando empezaba a notar mi respiración entre cortada. Tyler había metido la mano por mi espalda, acariciando esta.

-Dejame ser un buen cuñado - sonrió encima de mis labios - voy a hacer palomitas.

-Yo prepararé la televisión.

Volvimos a besarnos, eramos insaciables.

Viendo la película nos encontrabamos cuando me vibró el móvil desde el reposabrazos del sofa.

"Vas a arrepentirte de esto."

El mensaje de mi padre resaltaba en la pantalla. Observe a las tres personas que estaban a mi alrededor. Vi a Lana, que estaba echada en el suelo junto a Jass mientras la acariciaba. A mi lado estaba Ty, que tenía en sus piernas la piernas de Penni, que estaba tirada a nuestro lado en el sofá. Y le miré a él, tenía mi cabeza apoyada en su hombro.

Era feliz, estaba en proceso de ser feliz por completo. Apagué el teléfono contenta. Llegando a la conclusión que debía cambiar la tarjeta. Los cambios empezaban desde lo más pequeño. Al dia siguiente iria a alguna tienda a comprarme otra tarjeta y quitarle el dichoso privilegio de amenazarme cuando quiera.

De nuevo, decidí no contarle nada a Tyler. Estábamos demasiado bien y lo último que quería era volver a destrozarlo por el desequilibrado de mi padre.

Dejando el teléfono a un lado, le abracé más fuerte, queriendo fundirme en el fondo de su corazón. Si esa iba a ser mi vida, haría lo que fuese por no estropearla.

Él, mis hermanas y yo. Nadie más. No necesitaba nada más.

Entre sueños y pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora