Llegó el fin de semana de nuevo. Mi padre seguía amenazandome por mensajes. Ignoré cada uno, intentando darle a entender que se terminaba su poder sobre mi. Era una ingenua, él siempre tendría ese poder.
Aquel viernes Tyler se habia quedado en la suite. Era casi la hora de ir a por mis hermanas al colegio cuando fui a buscarle a la habitación. Se encontraba con un ordenador entre sus piernas, tecleando.
-¿Que pasa pequeña Lisa? - preguntó sin mirarme.
-Nada, venía a ver que haces. - me acerqué a él, echandome a su lado en la cama.
Inmediatamente cerró el ordenador con una sonrisa intentando quitar la tensión, se había notado de lejos que no quería que viese que hacía.
Dejó el ordenador a un lado para abrazarme. Que pusiera su atención en mi quitó toda inseguridad. Empezó a besarme el cuello, besos pequeños y tiernos. Subí una de mis piernas a él queriendo estar más cerca. Él metió sus manos por mi sudadera gris, haciendo que me diera un escalofrío por el contacto.-Me encanta como reacciona tu cuerpo. - susurró con la voz demasiado ronca en mi oído. No podía hacerme esas cosas y pretender que no se escapara un suspiro de mis labios.
Siguió besando mi cuello, hasta que pasó a mis labios al mismo tiempo que se ponía encima de mi, haciendo que abriera las piernas. Subí mis brazos a su cuello y acaricié su cabeza como sabía que le gustaba.
No quería pararle, en todo este mes cada vez que me habia tocado no le habia frenado pero siempre pasaba algo o no me sentía preparada en ese momento. Esa vez quería disfrutar de sus caricias y ver hasta donde quería llegar.
Se lo hice entender cuando fui a quitarle la camiseta. Él me dejó, dejandome ver su pecho desnudo. Vi su torso desnudo por primera vez un dia que salió de la ducha, después de semanas se me seguía secando la boca al verle. Las venas de sus brazos resaltaban sin apenas esfuerzo. Sus manos eran grandes pero su espalda era inmersa. Conseguía abrazarle por completo si lo hacía desde la cadera, puesto que esta era más fina que el pecho. Algunos tatuajes adornaban su cuerpo haciendo así que fuese más sensual.
Todos y cada uno de los músculos eran para mi. Besé cada uno de ellos. Empezando por el cuello y los hombros. Intenté bajar pero él estaba más interesado en quitar mi sudadera.
-Ven aquí. - dijo dandonos la vuelta y subiendome a su regazo.
Estaba encima, notando cada parte de él. Al estar tan cerca sentía todo, mi cara se volvió del color de la sangre por la vergüenza.
-No te asustes Abi. - se rio al notar mi cara.
-Estoy todo lo que quieras, menos asustada. - le informé - confío en ti.
Su mirada me dijo lo mucho que le habia gustado mi confesión. Él sonreía pero su mirada lo hacía aún más. Apoyó la espalda en la pared, sin separarse de mi. Estabamos unidos, en todos los sentidos. Solo nos separaba la poca ropa de abajo que nos quedaba.
Me besó de nuevo, primero la nariz después los labios. Notaba su corazón acelerado al poner mis manos en su pecho. Sus manos se perdieron en mi espalda, queriendo quitarme el sujetador. Lo consiguió a la primera. No quise pensar como sabia hacerlo tan rápido sin mirar. Quería disfrutar de lo nuestro. De eso tan íntimo que hacía tanto que no sentía con una persona.
-Ty.. - suspiré cuando comenzó a acariciarme desde la espalda hasta llegar a mis pechos.
-Eres preciosa. - susurró en mis labios sin dejar de acariciarme. Parecía que no quería hacerme daño. Y eso me gustaba.
Le besé de nuevo, comenzando a temblar y no por las caricias. Hacia mucho tiempo que no me encontraba asi con un hombre. Estaba extremadamente sensible. Tanto que cada célula de mi cuerpo temblaba.
-Quiero cuidarte - susurró dejando de besarme - iremos despacio ¿vale?
-Tyler no es mi primera vez, deberías saberlo. - quise explicarle.
-No importa, es la primera vez conmigo y quiero que sea lo más especial posible.
Quise lanzarme a él deprisa por esa frase. Pero le hice caso y gracias a dios que lo hice. Disfrute que cada parte de su cuerpo se uniera a mi poco a poco, aún con ropa. Sentí como besaba mi cuello y después bajaba a mis pechos. Jadee cuando besó uno de ellos mientras pellizcaba el de al lado. Podría haber terminado la situación solo con eso. Estaba demasiado sensible y mi cuerpo reaccionaba muy rápido ante Tyler.
-Ty.. - volví a gemir.
-Tranquila.. - susurró al notar mi cuerpo temblar. Beso cada parte que llegaba de mi cuerpo. No quería bajarme de él pero que bajara sus besos más allá me hacía sentir miles de mariposas.
Él lo hizo, nos dio la vuelta haciendo que de nuevo volviera a estar bajo su cuerpo. Y aún así no dejó de acariciarme ni un segundo. Me encantaba el hecho de que acariciara cada parte como si fuese una escultura. No me sentía ni la mitad de lo que su mirada me demostraba que él sentía. Pero no me detuve, a pesar de las inseguridades estaba agusto con él. Bajó hasta mi abdomen, dejando besos por el camino. Volvió a subir hasta el pecho, lamiendo esa zona sensible. Después hizo algo que me sorprendió, soplo encima del pezon que habia lamido. El frío hizo que mi cuerpo se alzara en su busca. El gemido que salió de mi garganta me sorprendió hasta a mi. Hizo lo mismo con el pezon del otro pecho haciendo que mi corazón cogiera mas velocidad. Notó mi respiración entrecortada, lo supe por que sonrió con orgullo al ver que me gustaba lo que hacía. Estaba tan caliente y preparada que cuando Tyler bajo a mis pantalones para desabrocharlos volví a gemir.
De pronto, antes de que Tyler pusiera sus labios en mi monte de venus, escuché mi teléfono. Era la alarma para ir a por las niñas.
-No puede ser. - me quejé.
¿Llevábamos una hora así? Me había parecido segundos. Oí la risa de Tyler.
-Tenemos responsabilades. - el echo de que lo dijera en plural reforzaba mis ganas de que se quedase encima de mi. - vamos, te acompaño.
Me ofreció su mano para levantarme. Me pasó el sujetador y la sudadera que me había quitado. Él se puso una sudadera también quitándome el privilegio de verle así. Tyler era muy atractivo, no en sentido como un modelo, tenía un atractivo que te diferente, uno de esos que solo ves en pocas ocasiones. Sus labios marcados, rosados, acompañados de esa sonrisa que me enganchó desde el primer día, hacía que no me cansara de observarle. Ahora era yo la que le miraba desde lejos siempre que podia.
A regañadientes salí de la suite. Quería quedarme en esa habitación y terminar lo que habíamos empezado. Pero asi era mi vida, en todos los sentido, tenía prioridades que debía mirar por encima de mi.
-Venga - Tyler dio una palmada en mi culo, juguetón. - ya se que me tienes ganas, tranquila.
-Eres idiota. - me reí.
Até mi coleta al salir a la calle. Seguía teniendo calor.
-Abigail por favor, baja ese rubor. - susurró - o subimos y no habrá manera de que te libres.
Sabia que era broma, su sonrisa me lo decía pero su mirada intensa me hacía ver todo lo que quería hacerme. Mordí mi labio, haciendo que su mirada fuera a él. Se acercó a mi, apoyando su frente en la mía.
-Tienes suerte de que la primera vez quiero disfrutar de ti con tranquilidad, ver tu cara roja por mi culpa y oír tus esquisitos gemidos que acabo de conseguir ahí arriba. - mordió mi labio, haciendo que me derritiera y se separó. - venga, las enanas nos esperan.
Echó a andar cogiendo mi mano. Yo no sabía ni como conseguía andar. Tyler me tenía a su merced completamente.
Llegamos al colegio y mis ánimos cambiaron al no ver a las pequeñas.
-Hola Abi. - me saludó la profesora de Penni.
-¿Y mis hermanas? - me estaba poniendo nerviosa.
-Ha venido tu padre hace una hora a por ellas. - dijo mirando al hombre atractivo que tenía al lado. En otro momento me habria puesto celosa por esa mirada, pero me preocupaban mas mis hermanas. - ¿no te lo ha dicho?
Claramente el colegio no sabía que mi padre nos mataba a palos. Vi la mandibula de Tyler tensa y eché a correr dirección a mi casa.
Se las a llevado.
Para volver a tenerme comiendo de su mano.
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Entre sueños y pesadillas
RomanceAbigail Jensen siempre se ha sentido atrapada como en una jaula. El maltrato constante de su padre hizo que dejara de brillar. Solo brilla cuando la ves cocinando o hablando del mundo, del rio de su pequeño pueblo. Eso hace que Tyler Smith llegue a...