XIV

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La suave ventisca revoloteaba alegre en cada uno de los rincones de Liberio. Las fuertes tormentas, imparables hasta hace algunos días, habían cesado y las ligeras lloviznas se volvieron las protagonistas de aquel invierno en manifestaciones relativamente frecuentes, pero de vez en cuando había momentos en los que el astro rey se asomaba tímido entre la espesa capa de nubes y brindaba una sensación térmica más acogedora que contrarrestaba el intenso frío, influyendo en la dinámica que envolvía a sus habitantes.

Sí. Esas eran las particularidades de aquel clima de temporada que difería significativamente de otros años más típicos, pero ello no era impedimento para disfrutar de un buen rato en compañía de personas importantes luego de mucho tiempo.

Aprovechando que el día auguraba las mejores condiciones, los chicos fueron a buscar a Mikasa para invitarla a dar un paseo fuera de la ciudad. Por supuesto, también se lo dijeron a Levi en el caso de que estuviera interesado, pero luego de que declinara la oferta amablemente con intenciones de quedarse a limpiar la casa, le dijo a la azabache que no se preocupara por él y fuera tranquila con ellos ya que nadie sabía cuándo podría surgir otra oportunidad como esa, por lo que ella le dio la razón y se alistó para luego salir, prometiendo no demorar en regresar.

Junto a los muchachos, tomó el tren que los llevó rumbo a Marley. Desde que se abrieron finalmente las fronteras, se volvió común que los eldianos fueran a la ciudad vecina, ya sea por motivos de negocios o simplemente para hacer turismo, pero ahora que volvían al distrito desde aquella última vez hace meses (refiriéndonos especialmente a Mikasa, Armin, Jean y Connie), fue inevitable que notaran algunos cambios novedosos y recordaran algunas anécdotas, siendo diferente para Reiner, Pieck y Annie quienes estaban por primera vez ahí y se sentían impresionados con cada cosa que veían, como si visitaran un lugar más de los tantos en sus excursiones fuera del continente.

En el caso de la azabache, esa salida la catapultó a aquellos momentos años atrás cuando, en Paradis, hacía algo similar en sus ratos libres dentro de la Legión. Abandonar el cuartel con los caballos y perderse entre la bulla propia de la metrópoli era liberador entre las tantas obligaciones que marcaban su día a día al igual que otros soldados, y aunque en ese instante no contaba más que con sus pies para movilizarse, la sensación revivió en matices un tanto nostálgicas al verse acompañada de sus contemporáneos, por lo que se dejó llevar bajo el ambiente apacible y se enfrascó en una charla junto a Annie y Armin mientras Reiner y Connie encabezaban el grupo y Pieck y Jean los seguían de cerca.

—Ahora que recuerdo —dijo la rubia tras topar el tema de aquella reunión en la casa de Levi—. ¿Connie no representó una molestia cuando se quedó?

—En lo absoluto. Durmió como una roca hasta el día siguiente.

—Su resistencia al alcohol no ha mejorado ni un poco —comentó el rubio—. Podría estar partiéndose la tierra y él jamás se daría cuenta.

—Es cierto, aunque en la mañana sí nos sorprendió cuando entró inesperadamente a la habitación creyendo que era el baño. Por suerte, no tardó en notarlo y se disculpó algo somnoliento antes de dirigirse al lugar correcto.

—Algo previsible viniendo de él y más luego de haber bebido como lo hizo —mencionó mientras negaba hasta que, tras unos pocos segundos, reparó en cierto detalle—. Un momento, ¿acaso dijiste "nos"?

—Sí.

—¿Tú y el excapitán duermen juntos? —ella asintió y su rostro, normalmente serio, adquirió dejes de perplejidad—. Oh. Con que así es la cosa. No han perdido el tiempo, ¿eh?

—¿A qué te refieres? —ladeó la cabeza, confundida, pero tras notar cómo elevaba las cejas de manera insinuante lo comprendió, percibiendo al instante sus mejillas arder—. No. No es lo que estás pensando —dijo atropelladamente.

🍃MY SECOND CHANCE🍃 (RIVAMIKA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora