El día estaba particularmente hermoso.
Disfrutando del paisaje que había recuperado su color de temporada y del acogedor clima que se cernía como un manto fresco, se encontraba Mikasa mientras se dejaba envolver por los aires renovados y el verdor brillante debajo suyo. Le habían otorgado dos días libres luego de que accediera a cubrir turnos de 24 horas durante tres días en el orfanato, por lo que aprovechó para darse un tiempo para sí misma y, además, decidió hacerle una segunda visita a Eren.
En cuanto llegó al lugar, que parecía más deslumbrante que cualquier otro punto natural, lo saludó y tomó asiento al pie del árbol. Transcurrió un largo lapso en silencio en el que se dedicó a reflexionar sobre todo y nada a la vez, perdiéndose su mirada en el cielo infinito que nuevamente mostraba ese tono azul tan pacífico, y aunque daba la impresión de que así permanecería por todo lo que restaba de su estadía ahí, pronto la inspiración hizo eco y permitió que fluyera en forma de palabras alusivas a su vida desde que se estableció en Shiganshina, poniéndolo al tanto en un monólogo de diversas matices que iría más allá de un simple relato con fines informativos.
—Cuando llegué a Paradis, no tenía una sola idea respecto a lo que me dedicaría —comenzó—. Admito que mi mente no pensaba más que en salir pronto de Liberio, sin considerar ningún plan a futuro, pero Historia me brindó la oportunidad de laborar en un orfanato en esta ciudad y debo decir que ha sido una gran experiencia. Me he llevado unas cuántas sorpresas con los niños y su manera de ver el mundo, con esa inocencia que en nuestros tiempos parecía tan ajena y misteriosa, y si bien es un trabajo que demanda de mucha dedicación sumada a uno que otro sacrificio ocasional, no me quejo ya que no hay mejor recompensa que verlos felices y creciendo en un entorno lleno de valores y amor —esbozó una sonrisa y soltó un suspiro quedo—. No imaginé que mi afinidad con los niños escalaría tan alto, aunque en parte eso se lo debo a mi rol con los pequeños del campamento de refugiados, allá en el continente, donde también aprendí mucho...
Calló unos instantes, teletransportándose casi de inmediato a esos instantes amenos y deteniéndose, sobre todo, en ciertos detalles especiales que dieron rienda suelta a la ráfaga de anécdotas posteriores y despertaron la más nostálgica de las emociones.
—De seguro piensas que mi vida ahora va muy bien. Quizá esa es la impresión que siempre procuro dar para evitarme cualquier pregunta fuera de contexto, pero la verdad es que en el plano sentimental todo está de cabeza, hecho un completo desbarajuste y eso se debe a que... sucedió algo que casi nadie sabe —murmuró, fijando su mirada en algún punto del pasto a su delante—. Armin debió comentarte que estuve viviendo con el excapitán Levi en Liberio. Teóricamente, eso solo iba a ser temporal, pero con el paso de los días me acostumbré a nuestras rutinas y la idea de buscar mi propio espacio desapareció, formándose una relación tan bonita entre ambos que hizo que a la larga... terminara enamorándome de él —confesó con cierta pena, pasándose un mechón de cabello detrás de su oreja en un gesto tímido—. Imagino lo increíble que te resulta. Incluso para mí fue una revelación tan desconcertante cuando fui consciente de ello que, temerosa de esos sentimientos y sus posibles repercusiones, tomó la decisión de marcar distancia de forma abrupta, pero durante este tiempo de separación me di cuenta de tantas cosas y una de ellas es que... lo echo mucho de menos —abrazó sus piernas—. Aun y con todas sus manías, extraño al enano gruñón como no tienes idea.
Se tomó algunos segundos mientras un vientecillo ponía a bailar su largo cabello, acompañando a los pálpitos que anidaban en su pecho. Esa era una verdad que ya había aceptado desde hace un buen lapso y que se traducía, efectivamente, en la permanencia de ese fuerte sentir que se negó a desaparecer, pero decirlo en voz alta y sin temor fue mucho más significativo.
—No te miento cuando te digo que he reflexionado acerca de volver —continuó—. De hecho, es una posibilidad que tengo en la cabeza recurrentemente, y aunque he tenido arranques de determinación suficientes como para actuar, siempre me invaden las mismas preguntas que me hacen dudar. ¿Y si él decidió rehacer su vida con alguien? ¿Qué tal si ya está comprometido? —musitó mientras dibujaba figuras en el césped con su índice—. Su singular atractivo y su buen corazón podrían despertar interés en cualquier mujer, así que ¿qué sentido tendría el regresar si resulta que ya consiguió pareja y vive feliz con ella?
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🍃MY SECOND CHANCE🍃 (RIVAMIKA)
Fiksi PenggemarLa guerra acabó y, con ello, nuevos vientos se avecinaban como antesala a una era de redención y paz. Los caminos que tomaron los sobrevivientes eran un reflejo de sus nuevas aspiraciones, y aunque Mikasa y el ex Capitán Levi optaron por una vida má...