Final

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Rosé bajo del taxi y se posicionó en frente a esa pequeña construcción que compró junto a Jennie. Si había un lugar donde la castaña podía esconderse del mundo, definitivamente era ese.

Un alivio se instaló en su pecho al divisar el automóvil de la coreana estacionado afuera, con su característico brillo azul oscuro que destacaba entre los árboles de alrededor.

─ Jennie. ─llamó con cautela, adentrándose en la cabaña.

Una expresión de tristeza y culpa se reflejó en su rostro al observar la sala. Los retratos que adornaban las paredes habían desaparecido, y otros objetos estaban ausentes. Recorrió la estancia, sintiéndola vacía, y notó varias cajas dispersas por el suelo, presumiblemente llenas con los artículos que faltaban.

Avanzó con precaución hacia el comedor, donde encontró una maleta abierta y desordenada. Con manos temblorosas, removió las prendas de ropa que cubrían el contenido y descubrió dentro todas las fotografías guardadas.

Con un cuidado especial, tomó en sus manos el marco que contenía la foto de su primer aniversario. En la imagen, capturada en un día levemente nublado, ambas estaban de pie frente a un gran árbol de cerezo en plena floración. Jennie tenía una expresión radiante y Rosé estaba mirándola con una sonrisa llena de amor. Sin embargo, ahora, mientras sostenía aquel marco entre sus manos, se preguntaba cómo habían llegado a este punto, cómo algo tan hermoso había llegado a desvanecerse entre ellas.

Subió las gradas, el corazón latiéndole con fuerza mientras buscaba a la persona que ansiaba ver. Al entrar en la habitación, escaneó brevemente el espacio, que parecía aún más vacío por la ausencia de varios objetos. Sus ojos finalmente se posaron en la figura pequeña de Jennie, sentada en el suelo cerca del borde del balcón, absorta en el panorama.

Rosé se acercó con calma y se sentó en silencio en el lado opuesto, adoptando la misma posición que la castaña. Jennie no se inmutó por su presencia, y durante un momento, el único sonido que llenaba la habitación era el suave murmullo del río.

─ Jisoo y Lisa están muy preocupadas. No deberías desaparecer de esa forma. ─murmuró después de un largo silencio.

─ Supongo que no leyeron la nota que dejé. ─respondió Jennie con un tono apagado, sin apartar la mirada del río.

Rosé la miró extrañada. ─ No sabía que dejaste una nota...

La castaña continuó impasible, sin dirigirle ni una mirada a la joven frente a ella, como si estuviera en otro mundo, ajena a su presencia.

Chaeyoung bajó la vista hacia su regazo, jugueteando nerviosamente con sus manos. ─ Pensé que irías a despedirme. ─dijo con un deje de decepción en su voz.

─ Lo haré. Aún faltan horas para tu vuelo. Solo quería pensar.

La australiana se removió incómoda, el hecho de que Jennie no la mirara mientras hablaba la entristecía profundamente, como si su presencia fuera completamente insignificante en ese momento.

El silencio se prolongó, llenando el espacio entre ellas con una tensión palpable.

─ ¿Por qué no me contaste lo de tus desapariciones? ─preguntó Rosé con cautela.

─ En serio que Jisoo y Lisa no pueden mantener la boca cerrada. ─La castaña soltó una risa molesta entre dientes.

─ Es algo serio, Jennie. ¿Por qué me lo ocultaste?

─ ¿De qué servía contártelo? ─musitó Jennie, finalmente sus ojos oscuros encontrándose con los de su menor─. Si no te lo dije es porque no me gusta recordar lo débil que fui. No quiero que me tengas lástima. ─Se levantó con un suspiro y caminó hacia el interior de la habitación.

Última OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora