En donde Eun-yoo tenía grandes planes para la escuela haciendo amigos y haciendo su vida.
Hasta que todo se pone de cabeza iniciando un Apocalipsis zombie.
Ella y sus amigos tendrán que hacer de todo para sobrevivir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov:Eun-yoo.
El profesor se había transformado y se abalanzó hacia Min-ji mordiéndola en el labio infectándola.
Min-ji le decía algo a Dae-su pero no pude oír nada gracias a que Su-hyeok me tenía detrás de él protegiéndome.
El profesor corrió hacia nosotros, Su-hyeok me empujó haciendo que me golpeara con Woo-jin.
Su-hyeok comenzó a pelear con el zombie a golpes, tenía el corazón en la garganta, si golpeaba mal lo mordería.
Min-ji comenzó a transformarse, Nam-ra tomó mi mano y me alejó de todos, estábamos en una esquina escuchando y observando todo.
Dae-su evitaba que Min-ji nos atacara, la retuvo, su-hyeok comenzó ayudar a Na-Yeon a quitar todas las mesas y sillas que bloqueaban la puerta.
Tome la mano de Nam-ra y me acerqué a ellos, las chicas salieron, yo esperé a Su-hyeok que fue el último en salir, él tomó mi mano y comenzamos a correr con los demás.
Su-hyeok me soltó y corrió atacando a los zombies pateándolo y luego luchando con ellos.
Este hombre va hacer que me de un infarto.
Todos comenzaron a quitar las ventanas luchando con eso, Dae-su quito una puerta y comenzó a empujar a los zombies, nosotras fuimos ayudarlos.
Cuando logramos empujarlo subimos las escaleras, Nam-ra me agarraba fuertemente de la mano.
Al llegar al pasillo, un zombie corrió hacia nosotras, Nam-ra y yo nos asustamos, la jalé rápidamente gracias a que Ji-min me jaló a mí.
Volvimos a subir las escaleras, llegamos al pasillo, empujábamos a los zombies con la puerta que Dae-su traía, On-jo rompió el candado que impedía que abriéramos la puerta del laboratorio con una manguera blanca.
Al lograrlo, todos entramos exhaustos, abracé a Nam-ra cansada, ella me correspondió.
— ¿Estás bien? — pregunte, ella asintió.
Antes de que Nam-ra pudiera decirme algo, los zombies comenzaron a romper las ventanas asustándonos.
Todos comenzamos a taparlas con lo que pudiéramos, sea mesas o sillas.
— Dame el celular — pidió Na-yeon a On-jo — llamaré de nuevo.
— Se me cayó — respondió, yo la miré, ella igual me miró a mí — lo siento — yo solo negué con mi cabeza dando a entender que no pasaba nada.
— ¡¿Como lo dejaste caer?! — preguntó la de suéter rosa.
— ¿A quién le importa ese maldito celular? — preguntó Gyeong-su mientras cargaba una silla.
