Dudas Del Sol

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Había encendido un cigarrillo y comenzó a fumar mientras aguardaba su llegada con cierta desesperación aquella noche de invierno. El lago se veía tranquilo y oscuro, en ese sector no había nadie y menos a esa hora de la noche.

El rubio miró el cielo oscuro con los relámpagos y las nubes, que anunciaban una próxima tormenta muy cercana. Volvió a dar otra pitada llenándose los pulmones para luego exalar el humo por la boca.

La angustia se fue incrementando en su interior a medida que el tiempo iba pasando y él seguía ahí solo.

Cuando empezaba a sentirse un verdadero imbécil por haber creído que acudiría a la cita tal como se lo había pedido, el llegó. Mitsuki estaba allí, parado bajo la luz de la luna con su encantadora y sensual sonrisa.

Su celestina cabellera flameaba al compáz del viento, que comenzaba a soplar con mayor intensidad acorde iban pasando los minutos. El rubio se perdió en esa dorada mirada de su amante, quien sonrió con sensualidad.

Boruto arrojó el cigarrillo al suelo y lo pisó para terminar de apagarlo. El viento los envolvía a ambos con sus invisibles brazos. El peliceleste se le fue acercando como si estuviese flotando, debido al intenso amor que sentia por el rubio.

Boruto lo abrazó con pasión salvaje y mientras lo devoraba a besos, con sus torpes dedos le amasaba sus nalgas al tiempo que lo presionaba contra su miembro que empezaba a endurecerse. Mitsuki enterró sus dedos en aquellos rubios cabellos de su amado sol, sabiéndose deseado por él.

La alocada pasión que los envolvía iba aumentando el calor a ambos, pese al frío que reinaba en el lugar. Se arrojaron al suelo sin dejar de besarse y acariciarse mutuamente.

Se quitaron los pantalones y los boxers para poder amarse mejor. Mitsuki volteó y Boruto lo rodeó con sus brazos mientras lo penetraba. El peliceleste sujetó el césped con sus manos cerrando sus manos en forma de puños con tal fuerza debido a la pasión que lo invadía.

Las embestidas de Boruto fueron en aumento acorde pasaban los minutos, logrando que Mitsuki toque el cielo con las manos. El rubio se derramó dentro del peliceleste sintiendo cómo su cuerpo se estremecía.

La lluvia empezaba a caer sobre Konoha aumentando la potencia del viento en cuestión. Ambos jóvenes se empaparon al cabo de segundos, los relámpagos se sucedían antes que los truenos que sacudían a la aldea al completo.

Pero nada de eso inmutó a los jóvenes amantes que siguieron allí amándose una y otra vez por dos horas más.

Al sentir que la tormenta iba en aumento, se vistieron para regresar a sus oscuras realidades. Las ropas mojadas se pegaban a sus cuerpos volviendolos más sensuales.

Mitsuki no podía despegar los ojos del cuerpo de su amado sol, lo amaba con cada fibra de su ser. Pero era conciente de que su sol no estaba preparado para entregarse a ese amor que los unía. Aún le importaba bastante el qué dirán. Sin embargo no podía negar sus propios sentimientos hacia su amada luna.

La magia se había roto ya, cada quien debía regresar a casa por caminos separados. Mitsuki acarició las mejillas de su sol, mientras lo besaba una última vez.

A Boruto le costaba bastante acabar con esa pasión alocada que los embriagaba, pero aún era muy pronto para decirle a sus padres que en realidad era gay, que no le gustaban las mujeres y que estaba locamente enamorado de su mejor amigo Mitsuki.

- Solo espera un poco más Mitsuki, te aseguro que les diré a mis padres sobre lo nuestro. Solo necesito un poco más de tiempo.
- Descuida mi sol, te esperaré tal como lo deseas. Pero no te tomes demasiado tiempo. O tendré que secuestrarte.

Una pícara sonrisa se dibujó en el rostro del peliceleste que provocó en el rubio otra erección. Era precisamente lo que Mitsuki deseaba conseguir en su amado y testarudo sol.

Media hora después Boruto entraba a casa donde sus padres y su hermana lo aguardaban algo preocupados, debido a la intensa tormenta que se desataba sobre Konoha.

- Hermanito por dios, estás empapado ¿Qué pasó?
- Me agarró la tormenta Hima, eso pasó.
- Boruto ve a ducharte, la cena estará lista - le dijo su madre.
- De acuerdo mamá.

Naruto lo contempló en silencio, siguiéndolo con la mirada hacia el primer piso. Luego abrazó a su esposa mientras le susurraba:

- Él está enamorado, viene de ver a quien se adueñó de su corazón.
- No me gusta - dijo Hinata ya que Boruto era su hijo, su bebé.

- Lo sé amor, lo sé. Pero debemos aceptarlo. Los niños crecen y él ya tiene quince años y medio. Está en edad de experimentar el amor.

Cómo única respuesta, Hinata lanzó un apesadumbrado suspiró y volvió a la cocina a seguir preparando la cena junto a Himawari, mientras Naruto leía leyendo el diario.

Boruto se quitó la ropa mojada y la dejó en la puerta del baño para que su mamá las lleve a lavar al lavarropas. Desnudo se colocó bajo de tibia ducha que fue calentando su helado cuerpo.

Mientras la ducha acariciaba su cuerpo con sus húmedos dedos. Se apoyó en la pared con sus manos mirando al suelo y respirando entrecortado. Las imágenes de lo que hubo experimentado junto a Mitsuki se agolpaban en su mente, avivando aún más ese amor que albergaba su alma.

Elevó su cabeza para sentir el agua caer sobre su rostro directamente.

Te amo Mitsuki.

El peliceleste le había mandado un mensaje a su celular, anunciandole que había llegado a su departamento sintiéndose en extremo nocesitado de su amor.

Mitsuki yo también te necesito mi amor.

FIN

FIN

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Mitsuki x Boruto~ MitsuBoru ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora