Antología de breves historias de amor entre Mitsuki y Boruto, donde el amor junto al dolor forman parte de sus vidas.
*) MitsuBoru
*) Mitsuki x Boruto
+) BoruMitsu
*) Boruto x Mitsuki
La noche se cernía sobre Konoha con su manto de estrellas, cada una de ellas titilando como pequeños faros de esperanza en el vasto océano celeste. En la casa de Boruto, la tranquilidad se sentía palpable, como un susurro amable que envolvía cada rincón del hogar.
Sora, recostado en la cama, sentía el peso de los recientes descubrimientos, como si cargara un atlas de memorias desconocidas sobre sus jóvenes hombros.
El silencio de la noche se rompía solo por el suave susurro del viento que acariciaba las hojas de los árboles cercanos, creando una melodía etérea que acompañaba los pensamientos de Sora.
Su mente era un enjambre de preguntas y recuerdos fragmentados, cada uno de ellos como un destello fugaz en la oscuridad de su conciencia. Las imágenes de la cueva, los documentos antiguos y la lucha reciente se entrelazaban en una danza confusa y sin fin.
Las primeras luces del alba comenzaron a filtrar su tenue resplandor a través de las cortinas, como pinceladas de un pintor celestial que daba forma a un nuevo día.
Sora se levantó lentamente, sintiendo la rigidez en sus músculos, un recordatorio físico del viaje que había emprendido. Observó a Boruto, aún dormido en la habitación contigua, su rostro tranquilo y sereno como un lago en calma.
Decidido a no desperdiciar ningún momento, Sora se dirigió al jardín trasero. Los primeros rayos de sol acariciaban su piel, infundiéndole una energía renovada. El jardín era un pequeño oasis de paz, con flores de colores vivos y arbustos cuidadosamente podados, reflejando el orden y la armonía de la naturaleza. Sora se sentó bajo un gran árbol, sintiendo la rugosidad de la corteza contra su espalda, y cerró los ojos.
En la penumbra de su mente, trató de reconectar con los fragmentos de su pasado, como un navegante en un mar embravecido buscando la estrella polar. Recordaba vagamente una figura maternal, una voz suave que le cantaba canciones de cuna en un idioma que apenas podía recordar. La imagen de una mujer de cabellos oscuros y ojos llenos de amor se desvanecía como un espejismo en el desierto, dejándolo con una sensación de pérdida profunda.
El sonido de pasos suaves lo sacó de su ensoñación. Boruto se acercó, con una sonrisa amable en su rostro, como un rayo de sol en un día nublado.
- ¿Cómo te sientes? - preguntó Boruto, sentándose junto a Sora.
- Confuso, pero decidido - respondió Sora, mirando a su amigo con gratitud - Necesito entender quién soy y por qué me hicieron esto.
Boruto asintió, su expresión se volvió seria.
- No estás solo en esto. Mi padre está investigando los documentos. Con suerte, pronto tendremos más respuestas.
El día transcurrió lentamente, cada hora una sinfonía de espera y esperanza. Naruto, fiel a su palabra, se sumergió en el estudio de los documentos, buscando cualquier pista que pudiera arrojar luz sobre el oscuro pasado de Sora. Mientras tanto, Sora y Boruto entrenaban juntos en el patio, fortaleciendo no solo sus cuerpos, sino también su vínculo.
La tarde llegó, dorada y cálida, bañando todo con un resplandor suave y acogedor. Naruto apareció finalmente en el jardín, sus ojos reflejando una mezcla de cansancio y determinación.
- He encontrado algo - dijo, sosteniendo un viejo mapa en sus manos -. Este mapa nos lleva a un lugar en el que podrían estar las respuestas que buscamos. Un antiguo laboratorio abandonado en las afueras de Konoha.
Sora sintió una mezcla de excitación y miedo. Sabía que este podría ser el paso decisivo en su búsqueda, pero también temía lo que podría descubrir. Con una mirada resuelta, asintió a Naruto, agradeciendo silenciosamente por su incansable esfuerzo.
La travesía hacia el laboratorio fue rápida, pero cada paso que daban parecía resonar con un eco de anticipación y misterio. El camino estaba cubierto de hojas caídas, crujientes bajo sus pies, como susurros de secretos antiguos que se negaban a permanecer ocultos. El sol comenzaba a ponerse, teñiendo el cielo de colores ardientes, como un preludio de lo que estaba por venir.
Al llegar al laboratorio, el edificio se alzaba ante ellos como un coloso olvidado, sus paredes cubiertas de enredaderas y grietas, testigos mudos del paso del tiempo. El aire estaba cargado de una quietud inquietante, como si el mismo lugar contuviera su respiración, esperando revelar sus secretos.
Entraron con cautela, cada uno de sus pasos resonando en los pasillos vacíos. El interior estaba en ruinas, con muebles derrumbados y equipos rotos esparcidos por doquier. La luz del atardecer se filtraba a través de las ventanas rotas, proyectando sombras alargadas que bailaban en las paredes como fantasmas del pasado.
En una sala al fondo, encontraron lo que buscaban. Un conjunto de archivos y equipos de investigación aún intactos, cubiertos de polvo pero claramente importantes. Naruto comenzó a revisar los archivos, mientras Boruto y Sora observaban con expectación.
- Aquí está - murmuró Naruto, extrayendo un documento particularmente desgastado - Este archivo contiene información sobre el "Proyecto Sora".
Sora se acercó, leyendo las palabras con creciente asombro y horror. Los detalles revelaban la verdadera naturaleza de los experimentos: un intento desesperado por crear una nueva generación de ninjas con habilidades genéticas avanzadas, pero a un costo humano inestimable. Sora fue uno de los muchos sujetos, pero uno de los pocos que sobrevivió.
- Esto es... inhumano - dijo Sora, sintiendo una mezcla de rabia y tristeza - No puedo creer que me hayan hecho esto.
Naruto colocó una mano en su hombro.
- Ahora conocemos la verdad - dijo con firmeza - Y con esta información, podemos asegurarnos de que nadie más sufra lo mismo. Tienes un futuro, Sora, y no estás solo.
Sora asintió, sintiendo una chispa de esperanza encenderse en su interior. Aunque su pasado estaba teñido de sombras, el futuro aún era un lienzo en blanco, lleno de posibilidades. Con la ayuda de Boruto y Naruto, sabía que podría encontrar su lugar en el mundo, y quizás, algún día, sanar las heridas de su alma.
El regreso a Konoha fue tranquilo, con el cielo nocturno extendiéndose sobre ellos como un manto protector. Las estrellas brillaban con una intensidad renovada, como si celebraran el comienzo de una nueva era para Sora. Aunque el camino por delante sería arduo y lleno de desafíos, Sora sentía una nueva determinación ardiendo en su corazón.
Con la verdad finalmente revelada, Sora estaba listo para enfrentar cualquier obstáculo y descubrir su verdadero potencial.
No importaba cuán oscuros fueran sus orígenes, ahora tenía amigos y aliados que lo apoyaban. Y con ellos a su lado, estaba seguro de que podría encontrar su lugar en el vasto y maravilloso mundo de los ninjas.
CONTINUARÁ...
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