Mitsuki x Boruto~ MitsuBoru ~

Amor Mío I

Hacía un par de días que se encontraba prisionero allí, encerrado en esa habitación siendo drogado continuamente por sus secuestradores. No sabía si era de día o de noche ni qué día era. Sus fuerzas estaban extintas. Ya no soportaba más aquella vida. Pero no le era posible escapar de sus secuestradores.

El rubio sudaba por cada poro de su piel, estaba pálido y muy demacrado. Totalmente desnudo yacía en esa cama de dos plazas y media. Las luces eran tenues, todo lo que en esa habitación había era para poder tener sexo, y Boruto era en extremo popular.

Un hombre adulto se encontraba totalmente desnudo allí, mirando al rubio de diesciseis años de edad con acidez intensa. Bien que podría ser el padre de ese rubio por la edad, y era lo que más exitaba al hombre en cuestión.

El hombre fue acercándose al rubio como si de una serpiente se tratase, fue acariciando aquel escultural cuerpo. Le abrió las piernas y prosiguió acariciándole la entrepierna con suavidad. Boruto respiraba entrecortado al tiempo que las lágrimas humedecían su rostro.

- Por favor no...no lo haga...no.
- Shhhh tranquilo chico, relájate y disfruta.
- No...por dios ya basta...por favor....

Las embestidas empezaron bruscamente, el hombre era duro y le empezó a practicar sexo rudo y violento. Boruto no podía moverse ni nada más que soportar aquella violación hasta que su violador acabó. Una hora después dicho hombre entraba a ducharse, para acabar vistiéndose y saliendo de la habitación.

Así se sucedían los días y las noches para Boruto, quien hacia desesperados intentos por levantarse de esa cama y escapar de ahí. Cuando los efectos de la droga que le inyectaban ibas desapareciendo de su cuerpo lo encadenaban a la cama para poder higienizarlo y así despabilarlo para luego alimentarse un poco.

Había caído en manos de esa red de trata de personas hacia un año ya, cuando se dirigía a la casa de su amado Mitsuki. Lo sujetaron por detrás, tapándole la boca y la nariz con un pañuelo impregnado en cloroformo.

Se desvaneció a los poco segundos, cuando despertó se encontraba en esa habitación desnudo y encadenado a la cama. Comenzaron a drogarlo y a entregarlo a hombres adultos y viejos para ser violado noche y día sin descanso alguno.

Su mente empezaba a quebrarse, pese a haber resistido durante todo ese tiempo, sentía que ya no soportaba más. Lo único que lo mantenía cuerdo y vivo era el recuerdo de su amado Mitsuki.

Mitsuki, desearía volver a verte amor mío. Quisiera regresar a tus brazos pero ya estoy suicio Mitsuki, así que ni siquiera escapado podría volver a tí. Lo siento.

La desolación del rubio era intensa, cuando supo que sería entregado a un viejo de sesenta años de edad, el asco que sintió fue tan intenso que en ese mismo momento decidió suicidarse. No soportaría seguir siendo entregado a degenerados para que se diviertan con su persona. En verdad era un cascarón vacío.

Cuando la oscuridad se adueñó de su mente no supo nada más. Pero unos minutos después, la puerta se abría de una patada por Mitsuki quien entraba hecho una fiera seguido de Shikadai. El peliceleste corrió a la cama donde yacía prisionero Boruto. Lo liberó, y tras envolverlos con una manta lo sujetó entre sus brazos para sacarlo de ese lugar al tiempo que le decía a Shikadai:

- Busca algo para poder ayudarlos a los muy malditos de todos los cargos posibles.

Shikadai comenzó con su riguroso escrutinio mientras Mitsuki salía del lugar con Boruto en sus brazos para subirse en el asiento de atrás del auto donde habían ido. Inojin manejaba.

- Rápido, vamos al hospital de Konoha. Boruto necesita ser atendido con urgencia.
- Claro. Boruto estará bien Mitsuki, ya lo verás amigo
- Ojalá tengas razón.

Mitsuki abrazaba a Boruto con ternura mientras le susurraba al oído.
- Ya eres libres mi amor, ya pasó todo. Solo te pido que seas fuerte.

La respiración del rubio era irregular, se sentía perdido debido a la droga que le inyectaron y a las continuas violaciones padecidas. Mitsuki colocó la cabeza de su amado sobre su pecho, mientras le acariciaba sus dorados cabellos lo besó un par de veces en la frente.

- Apúrate Inojin por favor, Boruto necesita ser atendido ya mismo.
- Ya casi llegamos amigo.