Misteriosa Aparición II

62 13 0
                                    

El joven desconocido, ahora prisionero en una habitación del laboratorio de Konoha, comenzó a explorar cada rincón de su confinamiento, buscando alguna salida. Las paredes blancas y frías parecían cerrarse cada vez más sobre él, alimentando su sensación de claustrofobia.

La única ventana estaba sellada con barrotes de hierro y no permitía más que un pequeño vistazo a los jardines exteriores. El aire fresco que se colaba por las rendijas le recordaba la libertad que le habían arrebatado.

Los días pasaron sin que nadie le revelara más información sobre su situación. El personal del laboratorio era amable, pero implacable. Le proporcionaban comida y cuidados médicos, pero sus preguntas sobre su identidad y origen quedaban sin respuesta. La rutina diaria era monótona: revisiones médicas, interrogatorios y la constante vigilancia.

Una tarde, mientras intentaba relajarse en la pequeña cama de su celda, escuchó un leve susurro proveniente del pasillo. Agudizó el oído y distinguió la voz familiar de Boruto. Se acercó sigilosamente a la puerta y pegó la oreja contra el frío metal.

- No puedo evitar sentir que hay algo más en todo esto - decía Boruto en voz baja - Ese chico... somos tan parecidos, pero no puede recordar nada. Debe haber una razón para todo esto.

- Lo sé, Boruto - respondió Naruto con un tono serio - Pero debemos ser cautelosos. No sabemos si es una amenaza o un aliado perdido. Necesitamos más información antes de tomar cualquier decisión.

Boruto guardó silencio por un momento, y el joven desconocido sintió una mezcla de esperanza y frustración. Quería confiar en Boruto, pero también temía lo desconocido.

Esa noche, cuando todo el laboratorio parecía sumido en el silencio, el chico se despertó sobresaltado. Una figura oscura se movía furtivamente dentro de su habitación. Al principio, pensó que era un sueño, pero al parpadear varias veces, se dio cuenta de que alguien estaba allí, tratando de abrir las ataduras que lo mantenían en la cama.

- Shh, no hagas ruido - susurró la figura - Vine a ayudarte.

Era Boruto. Había esperado hasta que todos estuvieran dormidos para entrar al laboratorio y liberar al chico. Sus manos trabajaban rápido y con habilidad para soltar las correas.

- ¿Por qué estás haciendo esto? - preguntó el desconocido, susurrando.

- Porque mereces saber la verdad - respondió Boruto, mirándolo directamente a los ojos - Y porque, de alguna manera, siento que estamos conectados.

Una vez liberado, el chico se incorporó lentamente, sintiendo el peso de la incertidumbre en cada movimiento. Boruto lo guió sigilosamente fuera de la habitación, esquivando a los guardias y al personal del laboratorio. Salieron por una puerta trasera que daba a un pequeño callejón oculto entre los edificios de Konoha.

- Vamos a mi casa - dijo Boruto -. Allí podremos hablar sin que nos interrumpan.

Mientras avanzaban por las oscuras calles de Konoha, el joven desconocido no podía dejar de preguntarse por qué Boruto arriesgaría tanto por él. Había algo en la mirada decidida del chico que le daba una extraña sensación de confianza. Quizás, pensó, en Boruto encontraría las respuestas que tanto ansiaba.

Llegaron a la casa de Boruto, una modesta pero acogedora vivienda situada en una zona tranquila de la aldea. Entraron por una puerta lateral y se dirigieron a la sala de estar. Boruto encendió una lámpara, iluminando el espacio con una suave luz cálida.

- Siéntate - dijo Boruto, señalando un sofá - Necesitamos hablar.

El joven desconocido se acomodó en el sofá, observando cada detalle de la habitación. Boruto se sentó frente a él, con una expresión de profunda seriedad.

- Antes que nada, quiero saber tu nombre - dijo Boruto.

- Ya te dije que no lo recuerdo - respondió el chico con frustración.

- Entonces te llamaré Sora - dijo Boruto, tras un momento de reflexión - Significa 'cielo' en nuestro idioma. Hasta que recuerdes tu verdadero nombre.

Sora asintió, aceptando temporalmente ese nombre. Era un comienzo.

- Ahora dime, Boruto - dijo Sora - ¿Por qué me estás ayudando? ¿Qué es lo que sabes sobre mí?

Boruto respiró hondo antes de responder.

- Hace unas semanas, mi padre encontró un viejo diario escondido en una cueva cerca de Konoha. En él se hablaba de experimentos genéticos y la creación de seres humanos con habilidades especiales. Al leerlo, notamos algunas coincidencias con tu caso. No sabemos si es una coincidencia o si realmente estás relacionado con esos experimentos, pero tenemos que investigar más.

Sora sintió un escalofrío recorrer su espalda. ¿Era posible que él fuera uno de esos experimentos? Las preguntas se acumulaban en su mente, pero Boruto continuó hablando.

- Creo que la clave está en encontrar esa cueva y descubrir más sobre esos experimentos - dijo Boruto - Mañana, cuando la aldea esté más tranquila, te llevaré allí. Pero por ahora, necesitas descansar.

Sora asintió, sintiéndose abrumado por la información. Se recostó en el sofá, intentando procesar todo lo que había aprendido. Boruto le ofreció una manta y se retiró a su habitación, prometiendo que al amanecer partirían hacia la cueva.

Esa noche, Sora durmió por primera vez desde su llegada a Konoha, aunque su mente estaba llena de imágenes confusas y preguntas sin respuesta. Soñó con un lugar oscuro y húmedo, donde voces susurraban secretos inalcanzables. Despertó sobresaltado varias veces, pero cada vez que lo hacía, veía el rostro decidido de Boruto, dándole la fuerza para seguir adelante.

Al amanecer, Boruto lo despertó suavemente.

- Es hora, Sora. Vamos a descubrir la verdad.

Sora se levantó, sintiendo una renovada determinación. Juntos, él y Boruto se adentraron en los bosques que rodeaban Konoha, en busca de la cueva que contenía las respuestas a su pasado. Cada paso que daban los acercaba más a la verdad, y Sora no podía evitar sentir que, pase lo que pase, no estaría solo en su búsqueda.

CONTINUARÁ...

CONTINUARÁ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mitsuki x Boruto~ MitsuBoru ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora