Cap. 43 - La última Ofensa

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Tomoe: - ¡No os dejéis intimidar! ¡Sed fuertes mis guerreras! ¡Muerte al sucio xeno que amenaza nuestra galaxia! ¡Por la humanidad! ¡Por la santa Terra! -

Incontables años en el pasado, una devastadora y cruenta batalla se llevaba a cabo en uno de los rincones más oscuros de la Galaxia. Una guerra que los archivos imperiales olvidarían por la propia voluntad del gran Emperador de la Humanidad. Pero aquellos que la vivieron... Jamás la olvidarían.

Una guerra fría y cruel. Una guerra que marcaría a la humanidad para siempre. Una guerra que dejaría una marca tanto en mortales como en los semidioses primarcas. Lion El'Jonson nunca sería capaz de olvidar lo que vieron sus ojos. Ni él, ni los otros dos primarcas que lucharon a su lado. Aunque ellos posiblemente nunca olvidarían otra cosa. Pues fue en Rangdan donde la voluntad de muchos se hizo pedazos... Así como su lealtad.

Los rumores eran ciertos, pero después de todo solo eran eso

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Los rumores eran ciertos, pero después de todo solo eran eso... Rumores. Lion El Jonson no fue el único que fue enviado a luchar por la gloria del imperio en esas funestas estrellas de horror. A su lado marchaban con igual fiereza la 2da y la 11va legión. Bastiones de guerreros y guerreras que sudaban sangre y escupían bilis ante los horrores que esa guerra les había obligado a ver.

Mientras Lion El'Jonson se lanzaba sobre las fuerzas más devastadoras de los rangdan, Tomoe y su hermano de la 11va procuraban limpiar los planetas restantes que Lion dejaba a su paso. Su hermano de la 1ra parecía haber caído en la locura, alabando que solo derrotando a los líderes enemigos ese horror sería erradicado de la galaxia. Su estrategia no carecía de razón, pero eso sería algo que le costaría la totalidad de su legión... Y mucho más.

Tomoe y el primcarca de la 11va se negaron rotundamente. No apoyarían el plan genocida de su hermano, pero no lo dejarían solo en la contienda. Las dos legiones limpiaban los mundos que la 1ra legión dejaba a su paso, como dos vórtices que devoran todo a su paso. La guerra en Rangdan fue un horror como ningún astarte había experimentado jamás, pero los problemas no hacía más que empezar.

En la tierra fétida de un mundo olvidado, la 2da legión se enfrentaba a los incontables horrores que la tecnología rangdan tenía reservado para ellos. Horrores tan absolutos que sólo Lion y Tomoe recordaban, pero no les contarían a absolutamente a nadie.

Desde hacía varias rotaciones, la primarca Tomoe estaba recibiendo mensajes preocupantes. La avanzada de Lion el Jonson era imparable, pero cada vez se adentraba más en el territorio enemigo y sus fuerzas se desgastaban, siendo imposible que las otras dos legiones le siguieran el ritmo.

Para empeorar las cosas, la 11va legión cada vez avanzaba menos, y los mensajes provenientes de su hermano no tenían ningún sentido. Eran códigos extraños... Movimientos sin sentido... Parecía más el actuar de alguien que había sido consumido por la locura, y no un primarca hijo del emperador. Y como guinda del pastel, hacía más de 48 horas que no recibía ninguna noticia del estado de la 11va legión. ¿Qué diablos estaba pasando?

Warhammer 40k Fanfición -La Venganza del RenacidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora