Capítulo 13

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"Problemas"

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"Problemas"

Siete caídos estaban reunidos en una sala supuestamente para revisar algunos papeles y acortar el trabajo entre todos. Pero los únicos que leían dichos papeles era Lucifer, Satán y Beelzebub. Los demás hacían cualquier estupidez.

—¡No eso es trampa!—dijo la pequeña hija de Lucifer molesta y cruzada de brazos.

—Claro que no niña—dijo Leviatán, sacando la lengua en forma de burla. Charlie agarró las cartas y las lanzó furiosa.

—¡Tramposo!—Leviatán frunció el ceño—¡Que no!—dijo devolviendo las cartas. De la nada ambos se empezaron a lanzar las cartas regando las por todos lados. Los demás suspiraron con pesadez tratando de conservar la paciencia... paciencia que cierta cabra no tenía.

—¡Maldita sea los dos! ¡Tú! ¡Deja de pelear con una niña puto inmaduro e infantil o te saco las entrañas! y ¡Tú!...Deja de gritar, o tú tío tendrá que acomodarte los dientes que te voy a quebrar de la voltea' de geta que te voy a dar—dijo la cabra furioso. La carta que habia caído en su cabeza se quemo por las llamas de la cabra.

Charlie y Leviatán guardaron silencio como niños regañados. Charlie tenía ojitos de perrito triste.

—Quita esa carita de perrito que sabes que conmigo no funciona. Y ahora los dos quietos o en serio lo van a lamentar—dijo la cabra. Nadie dijo nada y todos guardaron silencio como niños regañados.

—Um...toma, cómprate algo bonito—dijo Mammon entregándole una paca de dinero a la niña para que quitará esa cara. Charlie al ver el dinero sonrió y sus ojos brillaron, de nuevo una sonrisa se dibujo en sus labios.

—Y por eso no voy a tener chamacos—murmuro la cabra—Jajaja, Satán ¿Por qué la agresividad?—todos miraron a la puerta y cierto arcángel de traje negro ingresó a la sala.

—¿Azrael?—dijo Belphegor alzando una ceja confundido—¡Hola a todos!—dijo el arcángel animado.

—¿Que haces aquí?—dijo Asmodeo. El arcángel miro a Satán y luego a Lucifer. Se encaminó a ellos y puso una carpeta en la mesa con fuerza.

—No puedo creer que hayan dejado que ese pecador tuviera acceso a la tierra. Será mejor que lo vigilen de cerca porque está vez fueron cinco—el arcángel soltó una risita.

—Pero la próxima, podrían ser más y no lo pasaré por alto y menos la corté—dijo el arcángel y en su mirada se notaba su molestia.

—Diganle que no meta sus asquerosas garras en mi trabajo, porque si recibo alguna queja créanme...que no les gustará lo que haga—con eso se alejó y se encamino a la puerta dejando a los caídos sin palabras algo intimidados. Si, Azrael era uno de los arcángeles que cuando quería podía ser muy intimidante...era un sol, pero si lo hacían enojar nadie se salvaba de su ira.

Caminos Separados: un nuevo comienzo (Radiodust) [Segundo Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora