Capítulo 34

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"¿Trato?"

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"¿Trato?"

Mientras esperaban al ciervo el caído y su hija hablaban gratamente aprovechando las pocas horas que tenían. A lo lejos cierta cabra y cierto arcángel los observaban de lejos.

—¿Está tardando mucho no crees?—dijo de la nada el arcángel. La cabra lo miro y luego desvío la mirada, no dijo nada. El arcángel lo miro fijamente con intriga, la cabra suspiro y lo miro de vuelta.

—¿Que?—dijo la cabra con fastidio—Tu sabes algo, dime—dijo el arcángel con curiosidad—No—respondio la cabra.

—Vamos, Satán, no me dejes con la intriga—la cabra suspiró con pesadez y desvío la mirada.

—Lilith, planea algo…y va a involucrar a Alastor—el arcángel alzó una ceja y ladeó la cabeza.

—¿Como sabes eso?—dijo el arcangel—Porque ahorita los vi a ambos en la cocina…Lilith quiere su…alma y no para algo bueno—la cabra hizo una pausa.

—Esta usando su mayor debilidad en su contra—el arcángel abrió los ojos de par en par. No pensó que la mujer llegaría a eso.

—Pues hay que advertirle—la cabra frunció el ceño y negó—No podemos involucrarnos, el no es tonto…no creo que haga ese trato—dijo la cabra despreocupada.

—Pero y si lo hace…no creo que Lilith lo quiera para algo bueno, si intenta algo contra Luci…peor, contra Alastor—la cabra negó.

—Es mejor dejar que las cosas fluyan—el arcángel frunció el ceño molesto—¿De que te sirve poder ver lo que la gente hace y dice si no vas a hacer algo para prevenir una tragedia?—dijo indignado. La cabra lo miro y sus ojos se volvieron de un rojo intenso, como una llama de fuego.

—Las cosas pasan por algo…no se puede cambiar el destino si algo va a pasar pasará de un modo u otro. Sea lo que hagamos no podremos cambiar lo que está escrito—la cabra hizo una pausa.

—A veces las desgracias sirven para dar paso a la abundancia—ambos guardaron silencio y en eso abrieron la puerta, cierto ciervo entro con la jambalaya, pero estaba pálido como si hibiera visto un fantasma.

—¿Alastor?—dijo Lucifer al notar lo mal que se encontraba el ciervo. Los demás lo miraron y si, estaba muy mal. El ciervo dejó la jambalaya en la masa y dio media vuelta. Lucifer lo detuvo y poso su mano en su mejilla.

—¿Al?…¿Que tienes?—el ciervo lo miro con sus orejas gachas y apartó su mano. Se dirigió a la puerta y salió de la habitación dejando a todos preocupados.

—Voy a hablar con él—dijo Lucifer, pero fue detenido por Azrael—Yo voy—el caído lo miro confundido y el arcángel solo sonrió.

—Dejamelo a mi—sin más salió de la habitación. Lucifer miro a Satán y este no dijo nada.

—Tu sabes lo que tiene ¿No es así?—dijo el caído. La cabra se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta sin decir una sola palabra, salió de la habitación y dejó al caído junto a su hija.

Caminos Separados: un nuevo comienzo (Radiodust) [Segundo Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora