Capítulo 15

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"Viejos amigos"

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"Viejos amigos"

Una pequeña niña jugaba con unos pequeños cabritos, estos eran las mascotas de la pequeña y a la vez sus protectores. Cierto ciervo solo veía a la pequeña jugar mientras cuidaba de ella. El padre de la pequeña estaba en una reunión importante, por lo poco que había oído. La reunión era con unos Goetia.

—Alastor—llamo la pequeña—Si princesa—dijo el ciervo. La pequeña gachó la mirada.

—Mi madre no va a venir ¿Verdad?—dijo la niña con tristeza. El ciervo gachó sus orejas—Oh mi niña, ella…em…está resolviendo algunos asuntos de importancia y…se le hizo difícil venir—dijo el ciervo.

—Eso no es así no vino porque no quería verme—dijo la niña. Al ciervo se le rompió el corazón al oír las palabras de la niña, soltó un suspiro y la cargó entre sus brazos y la abrazo protectoramente.

—Mi querida princesa, eso no es así…su madre la quiere solo…tiene muchas responsabilidades y ella enserio le hubiera gustado estar en estos momentos con usted princesa—el ciervo hizo una pausa.

—Pero no pudo…yo…estoy seguro que en cuanto pueda va a venir—la niña sollozo y recostó su cabeza en el pecho del ciervo.

—Oh no querida…no llores…nunca puedes perder esa encantadora sonrisa. A pesar de los problemas tienes que mantener esa linda sonrisa…hazlo por mi—la niña lo miro y se aferró más al mayor.

—Ok, Al—el ciervo sonrió y se levantó de su asiento aun con la niña en brazos—¿Que te parece si vamos al jardín y alimentamos a los patos?—la niña sonrió y otra vez ese brillo volvio a su mirada.

—¡Si! El Señor Pato debe estar hambriento. Ayer Juan el pato se comió toda su comida—dijo la niña animada. El ciervo soltó una risita por sus ocurrencias y ambos salieron de la habitación. Pero se encontraron a cierto ángel caído.

—¿Será que puedo acompañarlos, Princesa?—dijo el caído con una sonrisa—¡Claro, pa!—los mayores rieron y los tres se dirigieron al jardín. Una vez llegaron la niña se acercó al estanque y comenzó a alimentar a los patos.

—En serio gracias Alastor…no tienes ninguna obligación con Charlie y aún así tratas de ser una figura ¿Paterna? Para ella…en serio no se cómo agradecertelo—el ciervo sonrió.

—No hay de que su alteza, la verdad le tengo mucho cariño a Charlie y no es ninguna molestia cuidarla. Además, ya me agradeció al darme la posibilidad de ver a mi pareja—el caído sonrió amargamente al oír eso. Mierda ¿Porque tenía que sentir aquella molestia cuando el ciervo hablaba de su pareja?

—Ayer…estabas algo raro ¿Paso algo en la tierra?—dijo el caído. El ciervo suspiro y gachó sus orejas.

—¿Que no paso?—dijo el ciervo. El caído lo miro confundido—¿Que harías si la persona que amas?—el ciervo cayó.

Caminos Separados: un nuevo comienzo (Radiodust) [Segundo Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora