Capítulo 12

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Salí corriendo a la habitación de mama.

La puerta estaba cerrada.
La golpee frenéticamente.

-¿Que? ¡¿Que?! -Empezó a decir mama del otro lado de la puerta.

-Por favor... abre. -Dije con la voz entrecortada.

Abrió la puerta de mala gana, probablemente estaba dormida.

-¿Que quieres?

-Puedo... Puedo...

-¡¿Que?!

-Puedo... ¿Dormir contigo?

-¿Que rayos te sucede Maxeline?
¿Para eso me despiertas?
No bromes... -Dijo y estrello la puerta en mi cara.

No quería dormir sola.

-"No lo harás." -Escuche una voz a lo lejos...

Di miles de vueltas en la noche. Literalmente. Miles.
Fui a todos los lados de la casa intentando dormirme o distraerme, pero era imposible y las horas parecían eternas.

Después de tanto finalmente había amanecido.
Comencé mi típica rutina.
Me bañe y vestí temerosa de la mirada que sentía y cuando no pude soportarla más salí a la cocina.
Mama estaba allí también, ya lista para el trabajo mientras yo aun abotonaba los botones de mi camisa.
Lucia alegre, cosa extraña en mama (Digo, no es que sea un ogro ni mucho menos, pero ¿Quien rayos sonríe tanto en la mañana?)...

-Estas horrible. -Dijo verme detenidamente.

-Buenos días a ti también, mama. -Dije irónica.

-Esas ojeras te llegaran a las rodillas... Pareces un panda, no, mas bien un mapache. Literal.
Ponte maquillaje o algo... Te verías mas linda si lo usarás.

-No, me vería como tu.
Si me hubieras dejado dormir contigo no las tendría.

-Cariño, ya estas lo suficientemente grande como para dormir conmigo. -Dijo tomando sus cosas y dirigiéndose a la sala.

-¿Ya te vas? Estas mas temprano de lo normal.

-Si, este... Voy a ver a tu padre. -Reí irónica. Con razón andaba tan alegre.
-Tu padre esta preocupado por ti, deberías ir a verlo.

-Si... Primero me tiño el cabello rubio, me

Mama rodó los ojos y al salir estrello la puerta.
La ignore y continúe mi rutina.
Me serví cereal y antes de ingerir el primer bocado, solté la cuchara y fui corriendo a verificar que la puerta abriera.
No quería que lo de ayer volviera a ocurrir.
Si abría, así que volví a desayunar.

Un rato después el timbre sonó.
Deje el plato en el lavabo y tome dinero del jarrón de galletas, seguro era Tom.

Fui corriendo a abrir la puerta, estaba Tom afuera sonriente... (¿Acaso soy la única que no esta de ánimos en las mañanas? Vamos, ¿A quien le gusta madrugar? ¿O ir al colegio?)
Le devolví la sonrisa aliviada.
Pero el estaba raro.

Sonría demasiado, ni se movía. Literal.
Ni siquiera parpadeaba.

Su sonrisa empezó a deformarse. Literal...
(Ok, basta de literal, pero así era.)

Su mandíbula se... Destrabó y callo al suelo.

La luz del sol se hacia cada ves mas intensa.
Tanto que me segaba.

Todo se volvió blanco.

No había nada.
Todo era blanco.

Solo yo.

Charlie, Charlie...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora